Con la inauguración oficial de la Feria de Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA) y el discurso del pregonero desde el principal balcón del Ayuntamiento como preámbulo del programa festivo de Begoña, Gijón entró ayer de lleno en su semana grande, en la anual convocatoria que convierte a nuestra ciudad, con todo merecimiento, en el epicentro festivo de la región.

La Feria de Muestras, elemento identificador de la Villa de Jovellanos en Asturias y también fuera de las fronteras regionales, se ha convertido en una celebración incombustible que a lo largo de su más de medio siglo de vida ha ido superando trabas y dificultades hasta convertirse en el mejor escaparate de la iniciativa empresarial asturiana. Sin duda la multitudinaria presencia de público -700.000 visitantes el pasado año- alimenta cada convocatoria ferial, lo que ayuda a que pese a la grave situación económica que afecta al país y a las empresas asturianas, vayan a repetir este año en el recinto ferial Luis Adaro el ochenta por ciento de las firmas que acudieron a la muestra internacional el pasado año. Más de 1.600 expositores repartidos en 600 stand, entre ellos LA NUEVA ESPAÑA, que un año más estará presente en la feria con un espacio propio, ofrecerán a los visitantes la posibilidad de testar sus productos y comprobar si sus iniciativas tienen o no refrendo en el mercado. De alguna forma, la Feria es el laboratorio de las nuevas propuestas empresariales de esta región.

Pese a que el sector del transporte es uno de los más afectados por la recesión, la Feria, que hoy abre sus puertas al público, presentará novedades en el ámbito de la automoción, con el regreso al recinto ferial de marcas como Mitsubishi y Saab, que se habían ausentado de las últimas ediciones; o la incorporación del fabricante indio Tata. Las marcas de camiones, que habían desaparecido de la Feria, regresan de la mano de Volvo, MAN e Isuzu. Para conseguir que el número de visitantes no decaiga, la Feria ha decidido congelar el precio de las entradas y ofrecer paquetes atractivos para los visitantes de las provincias limítrofes, especialmente Cantabria y León.

Si la Feria de Muestras ha consolidado su posición como principal foro de encuentro entre empresas, instituciones y visitantes para evaluar el estado de la industria, el comercio y el sector de los servicios asturianos, las fiestas patronales de Begoña mantienen, pese a una grave crisis general que también afecta a las arcas municipales y que por tanto repercute en las contrataciones de grupos musicales y espectáculos, su capacidad de reclamo para atraer turistas foráneos y visitantes de los cuatro cardinales asturianos.

El principal mes del verano asturiano no se entiende sin Gijón y su amplia oferta festiva y de ocio, como corresponde a una ciudad que ha sabido realizar con acierto el tránsito de una economía basada en la gran industria venida a menos a otra sustentada en los servicios y en la incipiente pujanza de las nuevas tecnologías que se desarrollan en el Parque Tecnológico, referente también regional de las iniciativas asturianas en I+D+i.

Su fuerte carácter popular engrandece aún más a la «Semanona» de Gijón, un carácter que hace que la fiesta se viva y se celebre con efervescencia en la calle. El protagonismo festivo recae en la ciudadanía durante una semana en la que los gijoneses tienen por costumbre ofrecer su abrazo y su hospitalidad a quienes llegan a esta ciudad a la llamada de la sana diversión veraniega.