Lo cierto es que dicho así parece el nombre de una de esas páginas de Facebook creadas para echar unas risas al imaginar la situación descrita, aunque lo malo de este caso es que me estoy refiriendo a dos señoras que forman parte del panorama político español.

El martes pasado leí en la prensa las declaraciones que había hecho María Dolores de Cospedal y me dio la sensación de haberme trasladado un años hacia atrás en el tiempo por los comentarios que había hecho la número dos del PP. Pero no, debe de ser que la buena señora no tenía nada que decir y, quizá, por aburrimiento, decidió sacar un relato antiguo del cajón con la esperanza de que los lectores ya se acordasen. Craso error por su parte. En el discursito de este año había, además, una diferencia que consistía en la afirmación, por parte de Cospedal, de que su partido llevará en su próximo programa la regulación por Ley Orgánica de las escuchas telefónicas. Además, en la misma entrevista concedida a Europa Press añadió, y cito sus palabras: (sic) «Los socialistas han utilizado en muchas ocasiones los aparatos del Estado en beneficio propio y en contra del PP. Deberían estar muy arrepentidos, porque han hecho un flaco favor a la democracia y al principio de división de poderes». Ahí queda eso.

Cualquier escucha o pinchazo telefónico, tiene que estar autorizado por un juez; juez que, quiero pensar, no va a firmar esa orden si no hay una razón que lo justifique. Entonces, si partimos de esa premisa, ¿Qué pretende cambiar, con esa ley orgánica, el partido de doña Dolores? Porque si en el párrafo siguiente acusa a los socialistas de haber hecho un flaco favor al principio de división de poderes, no creo que ellos pretendan otorgarse (se supone que llegados a este punto ellos están ya en la Moncloa) el privilegio de sancionar las decisiones judiciales. Pero? no, no puede tratarse se algo así, eso no sería democrático. ¿Entonces? Porque todo lo que sea influir en la toma de decisiones de los jueces va contra el principio antes mencionado, por lo tanto debe de ser que pretenden hacer una ley orgánica que regule las escuchas ilegales. Sí eso debe de ser porque, además, es precisamente de eso de lo que se acusa al Partido Socialista. O sea que, o bien unas pasarán a ser más ilegales que otras (según quien sea el escuchador y quien el escuchado), o bien piensan reservarse un artículo de la Ley que diga que mientras el gobierno sea conservador de las buenas costumbres españolas, puede hacerse una excepción y dejar que, siempre en beneficio de esa España resquebrajada y a punto de romperse, puedan autorizar ellos mismos algunas si el tema en cuestión merece que se saque la vara de avellano. No sé; sigo sin entender a qué se refería.

(Continuará?)