No quería escribir sobre este tema, me estaba resistiendo como gato panza arriba. Estoy cansada de luchar contra los gigantes, de lanzar a los cuatros vientos mi experiencia en la enseñanza para que mis palabras se pierdan así en el viento. Pero creo que tengo una responsabilidad moral de exponer mi verdad que creo que es bastante objetiva.

Me gustaría no sentirme tan responsable y hacer como casi todo el mundo, pasar de largo y vivir mi vida pasando de todo. Pero no puedo, así que les recuerdo por qué la enseñanza en España se ha deteriorado de tal modo que ocupamos los últimos puestos en todos los rankings y les reitero que no fue siempre así.

Yo fui profesora de inglés en la enseñanza pública durante 38 años y esto es lo que viví. Empecé con ilusión siguiendo la estela de mi padre, abuelo y bisabuelo que dedicaron su vida a la misma. Al principio no había tanto problema con las materias a enseñar ni con los alumnos que eran revoltosos por culpa de la edad y a veces nos tomaban el pelo o lo intentaban, pero eran respetuosos porque eso les habían enseñado, creían que los profesores eran personas que habían estudiado mucho para poder compartir sus conocimientos con ellos.

El problema era otro, la mayor parte de los profesores éramos contratados cada año, y empezábamos a cobrar en enero. Se convocaban pocas oposiciones. Yo luché mucho por solucionar nuestra situación. Se me llamó roja a menudo, pero seguí en la brecha y al final conseguimos que se convocaran más oposiciones y cobrar todos los meses.

Como la felicidad nunca es completa, surgió una cosa que se llamó LOGSE, en teoría para renovar la enseñanza, y en la práctica fue todo lo contrario. No es que no hiciera falta una renovación de la enseñanza, sí hacía falta porque las materias eran muy poco prácticas, demasiada utilización de la memoria, poca creatividad. Primer fallo, se confió el cambió a pedagogos y psicólogos que no estaban en el aula y no sabían lo que pasaba, a los profesores como siempre ni una pregunta.

Se inventó una nomenclatura tan amplia que ocuparía libros. Adaptaciones curriculares, currículo prescriptivo, conflicto cognitivo, educación compensatoria, educación cognitiva, etc., muchos nombres nuevos para las mismas cosas.

Como siempre se escatimó la partida económica necesaria. Se inventaron los cursos de diversificación, muy necesarios por cierto, pero se hizo mezclando a los alumnos con problemas de comportamiento con alumnos con problemas de aprendizaje y no se concedió a los profesores ninguna herramienta para tratar a esos alumnos, resultado: fracaso. Se permite a los alumnos pasar de curso con dos o tres asignaturas suspendidas, resultado: algunos alumnos escogen qué asignaturas van a dejar y se dedican a molestar en las clases que no les interesan.

La filosofía es que se pueden conseguir las cosas sin esfuerzo. Se va minando la valía de los profesores. Al final del curso a los alumnos se les da un impreso para rellenar si quieren reclamar, ellos no tienen que demostrar nada, los profesores tienen que preparar miles de informes.

Con todas estas cosas la enseñanza se resiente, el fracaso escolar es cada vez mayor y no depende del dinero que se destine a la educación. Algunos alumnos rompen las sillas, las persianas, pintan en las paredes, deshacen los enchufes y no hay castigo para ellos porque las palabras sanciones y castigos son fascistas y no se llevan. Si se destina más dinero se pintarían las clases cinco veces en vez de dos.

Si es cierto que si hubiera más presupuesto, menos alumnos por aula y más profesores mejorarían las cosas, pero con lo que cambiarían realmente sería con un cambio de actitud. Porque si tienes menos alumnos, pero cinco o seis que van a machacar, la clase no funcionaría. Hacer entender a los alumnos y a sus padres que los estudiantes tienen que estudiar y que si no cumplen con su obligación van a tener un castigo y que quede claro que los profesores están perfectamente preparados para enseñarles.

Los distintos gobiernos socialistas nos llevaron a esta situación y resulta que cuando llega el gobierno del PP, empiezan los ¡ay! y el crujir de dientes y en vez de darse golpes de pecho le echan la culpa del deterioro de la enseñanza al señor Rajoy y sus ministros con los recortes. Cualquiera que tenga dos dedos de frente se daría cuenta que en unos pocos meses no se puede llegar a esta situación de fracaso escolar, que no hay más remedio que recortar porque no tenemos dinero y que esos recortes no llevarán al desastre porque en el desastre estamos.

Y si la solución de algunos padres y algunos profesores es poner a los alumnos en huelga, cosa facilísima de hacer pues se convence a unos pocos agitadores que pueden pertenecer al sindicato o no, pero tienen en común que nunca han estudiado nada y convencen sin esfuerzo a los demás que estarán encantados de irse de juerga y organizar manifestaciones y algaradas, mentir, entrar en colegios a insultar en un momento en que nuestra imagen en el exterior es importantísima, pues nada que sigan deshaciendo al país y a ver donde llegamos.