Tres años se han cumplido ya desde que en noviembre de 2009 se inaugurara la Academia de Música Antigua de Gijón (AMAG); una iniciativa apoyada por la Fundación Municipal de Cultura y el Taller de Músicos que cuenta desde sus inicios con la dirección de Aarón Zapico, miembro de la agrupación «Forma Antiqva» y que consolida la presencia de la música barroca en nuestra ciudad más allá del Festival de Música Antigua que se celebra cada verano.

Este fin de semana fue el turno para Silvia Márquez y Guillermo Peñalver, profesores de clave y traverso (antecedente de la actual flauta travesera) respectivamente, que visitaron la ciudad para impartir clases a los alumnos de la AMAG y ofrecer un concierto abierto al público que se celebró el pasado sábado en el salón de actos del Antiguo Instituto. El recital hizo un recorrido por el repertorio de sonatas para flauta y clave del siglo XVIII, con una selección de obras muy ilustrativa de la evolución del lenguaje barroco hacia el clasicismo. Planteado con vocación didáctica, los músicos explicaron cada una de las obras y guiaron a los asistentes a través este complicado siglo en el que convivieron de forma simultánea estilos muy diversos. El recorrido comenzó con la «Sonata Op. V, n.º 4» de Corelli, escrita en 1700 y claro exponente del barroco pleno: plagado de progresiones melódicas, muy ornamentada y con constantes intercambios de material temático entre traverso y clave. De Italia a España con una sonata de Manuel Cavazza caracterizada por el virtuosismo en la parte de la flauta y especialmente complicada en el «Allegro regular» final. La «Fantasía en Do menor para clave» de Johann Wilhelm Hässler fue reflejo de la experimentación en este instrumento a lo largo del siglo XVIII en su transición hacia el pianoforte; una obra con numerosas ideas melódicas y un fraseo libre en el que el tempo se diluye. Cerraron el programa dos obras de la familia Bach: la «Sonata en Re mayor» de Carl Philipp Emanuel Bach y la «Sonata en Si menor» de su padre Johan Sebastian Bach.

El lunes fue el turno para Diego Ruenes, alumno de la AMAG y joven promesa del clave, que ofreció un concierto con obras de Johan Sebastian Bach, Frescobaldi, Haydn y Joseph-Nicolas-Pancrace Royer. Destacó la interpretación del rondó de este último compositor por la expresiva ejecución de la pieza, manejando bien los tempos y los matices dinámicos de una obra compuesta por numerosos pasajes contrastantes. Una interpretación aplaudida que dio pie a una obra de Couperin como bis.

Un fin de semana intenso en la AMAG en el que es de agradecer la disposición y generosidad tanto de profesores como de alumnos para presentar su trabajo al público de forma gratuita en unos conciertos que contaron con buena acogida por parte del público. Un preludio para ir abriendo boca con vistas a la intensa semana del Festival de Música Antigua que se celebrará en Gijón del 6 al 13 de julio.