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El cormorán

Meigas en el camino

Unas meigas han debido de tomar el Camino de Santiago a la inversa para embrujar a candidatos asturianos con la ruta jacobea, de la que fue inventora esta tierra (Oviedo y Alfonso II, en particular), aunque nunca lo ha celebrado o disfrutado, es decir, le ha faltado un terco empujador tipo Fraga, que en 1993 creó la marca Xacobeo y el éxito fue tal que el viejo político gallego se ufanaba de haber gastado una parte infinitesimal de lo que había costado la Expo de Sevilla, pero de haber obtenido, proporcionalmente, una repercusión infinitamente mayor. Tal vez exagerara, ya que no gastó tan poco (al final, fueron casi 15.000 millones de pesetas), pero es cierto que el renacimiento del Camino en el siglo XX se fija a partir de la visita del Papa Wojtyla (1989) y de que, a continuación, Fraga fuera del mismo pueblo que el arzobispo compostelano, Rouco Varela. Es decir, que para el Xacobeo hubo cierta xuntanza civil-religiosa, algo que pertenece al pasado, más que al presente, de Asturias. Pero volvamos a las meigas porque ayer mismo, en lugares distantes como Luarca o La Florida (Oviedo), el candidato autonómico del PSOE, Javier Fernández, y el ovetense del PP, Agustín Iglesias Caunedo, hablaron coincidentemente del Camino. Ambos arrastran el contencioso de que sus gobiernos apalabraron un albergue de peregrinos en la calle del Águila de Oviedo, pero la parte regional de Fernández se ha dado mus y Caunedo le hostiga con ello. Cierto repelús a las sacristías y el poco amor al obispo residencial tal vez expliquen la inmovilidad de Fernández, aunque estas alusiones de campaña quizá indiquen que arrepentidos los quiere Dios. También hubo un episodio curioso sobre el Camino hace unos días. Caunedo reunió a otros diez alcaldes camineros para firmar un convenio el miércoles pasado, y justo ese día el Principado difundía que la entidad Icomos había informado favorablemente a la Unesco para que las rutas asturianas sean declaradas Patrimonio Mundial. Así que no sólo hay meigas, sino que inducen a sus patrocinados a pelearse.

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