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La tozudez de los números y las fechas

El independentismo creció en Cataluña en las municipales, pese a que CiU perdió la Alcaldía de Barcelona

Se ha querido ver en la derrota de CiU en Barcelona un varapalo a las tesis soberanistas, pero los números son tozudos y dicen que más que serio revés ha recibido un aviso. Aviso, además, no para el independentismo que Artur Mas ha abrazado por conveniencia y coyuntura política, sino para la condición hegemónica de su partido en Cataluña, menos amenazada por ERC en el ámbito municipal que en el autonómico.

Es verdad que CiU pierde la Alcaldía de la Ciudad Condal a manos de Barcelona en Comú, pero en el conjunto de la comunidad su triunfo es incuestionable, pese al retroceso de 5,63 puntos que registra. Obtiene 668.892 votos y 3.333 concejales, dejándose, respecto a 2011, 109.659 sufragios y 532 ediles.

En la provincia cae un 5,87% y pierde 294 representantes, cinco de ellos en el Consistorio barcelonés, pero sube del segundo al primer puesto en el ranking de fuerza más votada. No obstante, cede 79.082 votos, seguramente por efecto del importante incremento que registra ERC, que duplica su porcentaje de apoyo (14,53%, frente al 7,32% de hace cuatro años) y suma 183.280 papeletas y 443 ediles más.

Esquerra calca esta subida en el conjunto de la comunidad, donde también se robustece la independentista CUP, que casi cuadriplica sus votos y su número de concejales.

Los números, como se ve, prueban que el soberanismo creció en las municipales del domingo en Cataluña, pese a la pérdida de la plaza de Barcelona. Xavier Trias será sustituido por Ada Colau, y en ello han querido ver algunos agudos analistas, en rápida y superficial lectura, una pérdida de peso del independentismo.

Sin embargo, además de los números, también son tozudas las declaraciones, y a la candidata de Barcelona en Comú le ha faltado tiempo para anunciar que intentará formar gobierno con ERC, la CUP y el PSC, añadiendo que su compromiso con el derecho a decidir de los catalanes es "firme".

Es comprensible que los detractores del proceso soberanista se hayan dejado arrastrar por el taimado Mas, que el viernes, dos días antes de los comicios, advirtió que el objetivo de alcanzar la independencia peligraría si Barcelona cambiaba de manos.

Pero no hay que hacerle caso, porque además de saber que Trias sólo tenía rival en Colau, que no es "enemiga" del proceso, sino de la "mafia" de CiU, Mas lleva meses buscando una disculpa para no convocar las elecciones plebiscitarias que en enero anunció que convocaría para el 27 de septiembre.

Porque también son tozudas las fechas: las pones y luego ya no hay quien las quite.

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