Como no cesan de pedirme los insaciables y benditos lectores de esta columna más y más dichos, gracias, anacolutos y solecismos, hallazgos expresivos y tal y tal de quienes aspiran durante 2º de la ESO a alzarse con el premio de relatos que todo el mundo conoce, ahí va la última tacada de la cosecha del 2015, para gozo, aprendizaje y esparcimiento de todos. Una docena glosada de perlas infantiles.
1.- La verdad, no sabe uno qué libros leen, qué profesores les enseñan a estos guajes, qué ambiente familiar los rodea. Sean los que fueren, nos encontramos ante una generación de filósofos que mete miedo con sus pensamientos: "Rápido, fugaz, el tiempo no espera a nadie ni a nada. Si crees que el tiempo se para como un cronómetro, te equivocas. Todo es percepción". ¿O no? ¿O no lo dijeron hasta los físicos cuánticos?
2.- ¿Cuál es la importancia de las llamadas nuevas tecnologías en los chavales? No lo sé. Pero sí tienen claro lo que significa un interruptor: "Siempre que me acerco al parque a dar de comer a las palomas, veo niños corriendo y jugando. Parece que no tienen botón de apagado". Todo llegará.
3.- ¡Eh, cuidado con los matices, nada de ir al bulto, atención, no es lo mismo lo mismo da que da lo mismo!: "Todo empezó un día cualquiera, pero no era cualquier día".
4.- A las marionetas no las gobiernan unos hilos, qué va. No somos "marionetas" porque seamos dóciles, qué va. La cosa es así: "Todos somos marionetas guiadas por sentimientos". Y quien diga menos miente.
5.- ¿Se les ocurriría a ustedes juntar los conceptos "chasquido" y "embriagar" en una misma frase? Pues a la autora de un relato, sí, sin problemas: "Un chasquido embriagó el lugar". Ya oigo a Andy Williams modificando la letra de la canción de amor de "El Padrino": "Estoy sintiendo tu chasquido embriagador?"
6.- "Una vez durante una pelea le dieron un fuerte golpe con una cañería en las piernas y desde ese momento no las ha podido mover". Si le golpearon con todo un conducto formado de caños por donde se distribuyen las aguas o el gas, o sea, con una cañería, no me extraña ni un pelo su parálisis.
7.- Vean, vean el conflicto generacional al interpretar una misma situación: "Yo digo que se le han subido las hormonas a la cabeza; mi madre dice que está tonto".
8.- A ver qué adulto llega a estas conclusiones tan megaenrevesadas por mucho que exprima su materia gris: "Yo era muy pequeño, solamente una partícula en mitad de la nada. Un algo en mitad de un todo".
9.- ¡Cómo es la vida! ¡Qué contradictoria! ¡Qué difícil conjugar estados de ánimo o, siquiera, lugares entre quienes se quieren! ¡Uno aquí, la amada en Escandinavia!: "Yo estaba llorando en casa y ella en un avión, hacia Noruega".
10.- ¿Creían ustedes que "vacío" y "solitario" podían ser sinónimos, más o menos? Quítense esa idea de la cabeza. Sean precisos como lo es esta criatura: "Yo vivía en un lugar vacío, remoto y solitario".
11.- En un relato, se cuenta la historia de una niña a quien llevan al terapeuta por gamberra. Pues bien, como tales especialistas hablan raro, la narradora le hace hablar raro al de turno, señal de que cuentan estas niñas con un oído atento, atentísimo: "En ojos a la justicia, a esta niña le perpetra un rehabilitamiento en la sociedad". Y no hay más que hablar.
12.- Y finalizo la docena de maravillas de este año con una repetición. Las cosas hay que repetirlas por muy crudas que sean. Por muy crudas que sean, las cosas hay que repetirlas. Hay que repetir las cosas, por muy crudas que sean: "Soy una persona muy rara y me odio a mí mismo. Y para resaltarlo lo voy a repetir: me odio a mí mismo". Ánimo, chaval, no será para tanto.
