Salvo una monumental sorpresa, y más que monumental imposible, Carmen Moriyón, cabeza de lista de Foro, será reelegida hoy como Alcaldesa de Gijón. La elección convierte a la ciudad en la gran singularidad política de España pues será la única en la que gobernará la derecha pese a que quedó en franca minoría en las elecciones municipales del 24 de mayo. En 2011, PSOE e IU-Los Verdes sumaron trece concejales frente a los catorce que lograron Foro (nueve) y PP (cinco). En los recientes comicios la derecha sumó doce concejales, si se integra en esa denominación a Ciudadanos, que logró uno por ocho los foristas y tres los populares. La izquierda vuelve a ser mayoritaria en la ciudad con los siete concejales socialistas, los seis de Xixón Sí Puede, la marca blanca local de Podemos, y los dos de Izquierda Unida. Quince frente a doce; el cambio en Gijón, sin embargo, se llama continuidad, un caso único en toda España y que seguramente arrastre a que, con otros matices, en Oviedo se sostenga el Partido Popular de Agustín Iglesias Caunedo.

La ciudadanía gijonesa que ha votado izquierdas habrá tomado sin duda buena nota de la realidad a la que Xixón Sí Puede ha abocado a la ciudad. Desde el referéndum del jueves se sabía que Carmen Moriyón va a seguir en el sillón de la Alcaldía. Moriyón va a seguir en el sillón presidencial de la Corporación gijonesa porque Podemos ha vetado a José María Pérez y al PSOE para cobrar viejas y recientes facturas y ha puesto de relieve el poder que atesora en el partido llamado emergente la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI), que desde los lejanos ochenta tiene al PSOE como su bestia negra. Los enfrentamientos de la dura reconversión naval, con el PSOE en los gobiernos central, autonómico y municipal, se reviven ahora sin neumáticos ardiendo en El Natahoyo ni pelotas de goma. Los socialistas gijoneses se esperaban lo que está pasando porque, además de recordar aquellos años y la trayectoria posterior del referido sindicato, tienen recientes las continuas ocupaciones de su sede por quienes encabezan ahora la versión local de Podemos. Las viejas contradicciones de la izquierda gijonesa han aflorado.

Los intentos de Aurelio Martín, número uno de Izquierda Unida, por conciliar a socialistas y podemistas han resultado vanos, pero han mostrado que la coalición, sumida en Gijón en continuas luchas internas, mantiene un pulso político muy apreciable.

El proceso que va a llevar a Carmen Moriyón a repetir en la Alcaldía ha de merecer análisis permanentes porque es un caso único en el panorama actual de la política española. Lo que ha valido en tantas ciudades de España, el acuerdo de la izquierda en forma bipartitos o tripartito, no sirve en Gijón, donde la capacidad casquista de embrollar la vida política queda de nuevo de manifiesto. La espera para comprobar los efectos del desacuerdo de las izquierdas gijonesas no va a ser muy larga.

El Pleno de hoy va a marcar una continuidad que, a la vista de los resultados electorales, parecía imposible, pero que sin embargo va a ser una realidad. Exigir a Carmen Moriyón y a Foro acierto en su gestión municipal es obligación de un medio informativo independiente y plural, y esperar que en el nuevo mandato se dejen de lado viejos errores es una prueba de higiene democrática.