Tantos como 23 de los 27 ediles del Ayuntamiento se acogerán a liberaciones totales o parciales, lo que supondrá que la nómina municipal en este concepto se dispare a un 55 por ciento más de lo que venía costando. No insistiremos aquí en que parece darse una necesidad tremenda de servir al procomún, o, simplemente, una gran necesidad, pero lo que más nos fastidia son las falacias de los ediles para justificar este chorro de liberaciones. Primera falacia: la asignación de liberados ha sido proporcional al numero de concejales por grupo. Falso, ya que es obvio que el grupo gobernante, el que sea, ha de contar con liberados suficientes para cubrir las delegaciones del gobierno concejil, luego si se establece la proporción con respecto a ese criterio se obtendrá siempre una cifra más elevada, que es lo que han perpetrado nuestros repúblicos. Segunda falacia: no se ha superado el tope legal de liberaciones, que son 18, ya que las restantes serán parciales. Falso argumento que se basa en un fraude de ley o en una ley que no sirve para nada si es tan sencillo deformar su aplicación. Tercera falacia: salvo Xixón Sí Puede (XSP), todos están de acuerdo. Falso, pero no por XSP, sino porque una conjura de intereses ejecutada sin criterios objetivos nunca justificará decisiones justas y respetables. Porque, ¿cuáles son esos criterios al margen de decir que es lo que se venía haciendo? Entonces, ¿por qué, frente a lo acostumbrado, modifican el número de liberados? Aquí viene la cuarta falacia: es que hay dos grupos municipales más. En efecto, pero también hay tres grupos con tres o menos ediles en los que se libera hasta el lucero del alba. Esto último también repercute en la falacia de la proporcionalidad, ya que, tomada ésta desde abajo, en los restantes tres grupos deberían quedar todos liberados. Ademas de las falacias, se da también una peculiar asignación dineraria, de manera que cobra lo mismo un liberado con responsabilidad de gobierno que un liberado con presunta preparación para ejercer una oposición tan nefasta como la del PSOE, PP e IU en los últimos cuatro años.
