Recta final de las vacaciones veraniegas, bien merecidas por cierto para la chavalería de Abelardo, que se va a preparar para verse con los mejores equipos, incluidos los dos campeones de las competiciones europeas, nada menos que el Barcelona de Luis Enrique, y el Sevilla. Recta final de las vacaciones veraniegas cuando los jugadores de Chile y de Argentina acaban de cerrar la temporada anterior con una final americana resuelta a base de lanzamientos desde el punto de penalti en los que los argentinos, cosa rara, fallaron más de la cuenta. Total, título, el primero de su historia, para Chile y nueva decepción para Argentina, que fracasa en las finales por razones que se les escapan a sus técnicos responsables y al resto de los mortales. Los que están contentos por la decepción de Messi muestran una cortedad de miras alarmante porque el argentino fallará con su selección, pero con su equipo se ha mostrado irresistible.
Así las cosas, el regreso a las grandes praderas rojiblancas se realiza entre incógnitas que desde el club no se aclaran porque habíamos quedado en que el Sporting de hoy es un club sin discurso y sin mensaje. Con este Sporting, las buenas costumbres han de mantenerse por encima de todo; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿es cierto o no que la Liga de Fútbol Profesional ha de dar el visto a las renovaciones de los jugadores que han terminado contrato en el Sporting? ¿Es cierto o no que va a ser imposible cualquier incorporación de cualquier futbolista procedente del exterior, llámese Lekic o llámese Alejandro Magno? ¿Es cierto o no que no está tan claro que los grandes ingresos por los derechos de televisión son cosa de la temporada 2016-17, que es la siguiente a la que va a empezar en agosto? Por no seguir haciendo preguntas sobre lo que puede hacer o dejar de hacer el club en este verano crucial para su futuro porque se entiende que en las próximas semanas ha de poner las bases para una continuidad en Primera, vital para salir de la actual ruina.
Cuestión vital, damas y caballeros, señoras y señores diputados, para un club sumido en la más absoluta incapacidad de ofrecer un discurso coherente y un mensaje de esperanza; un club, sometido a la más absurda de las burocracias, con ejemplos diarios que dan pavor. El club moderno que se quiso vender no hace tanto se ha enrocado en una situación absurda que sólo rompe el gran timonel, Abelardo, que es directo y claro en sus mensajes. Pero hay aspectos del club que no son cosa del entrenador del ascenso. Porque el pasado ascenso es el ascenso de Abelardo, y no hay tío pásame el río.
En estas estábamos cuando resulta que el Manchester United inicia hoy los entrenamientos. Allí tendrá que estar el portero David de Gea, llamado a suceder a Iker Casillas en el Real Madrid y en la selección. Los dos clubes se miran desde lejos sin que ninguno de los dos haya movido un músculo; al menos, que se sepa. El portero termina contrato el año que viene y el defensa central Sergio Ramos, dentro de dos. A la vista de esas circunstancias no se entienden muy bien las urgencias que parecen existir para hacer enormes desembolsos por parte y parte. Misterios de los clubes de fútbol.
