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Cien líneas

Poco original

No reclamo la autoría porque siempre hay alguien que se adelanta -y alguien que se adelanta al que se adelanta y así hasta el infinito-, pero que conste que muy de madrugada, con las urnas aún ardiendo, indiqué que Carmena era la abuelita de Caperucita: o sea, el lobo.

No hay que ser Lombroso para caer en la cuenta.

Bueno, pues Carmena y su troupe acaban de disponer una web denominada "Versión original" para desmentir a la prensa burguesa. No lo han dicho así, pero así lo decían en su día. Y como Carmena lleva décadas metida en la burbuja judicial, como Pablo Iglesias II lo está en la escafandra universitaria, es fácil entender de qué va porque es de lo que iba. Amén.

Le auguro un éxito rutilante a "Versión original" y no sólo porque sea una iniciativa estalinista -en esta multicrisis es vía segura al triunfo-, sino porque enlaza con lo que late en decenas de miles de corazones. Me explico.

La web de Carmena no es más que el amago de lo que vendrá en muy poco tiempo: la nacionalización de los medios de comunicación. Siempre ha sido de esa manera, no veo por qué ahora las cosas han de cursar por otras vías.

Con el salario que se gasta el periodista medio español la posibilidad de que nacionalicen el medio en el que trabaja -o en el que milita como satélite con un dizque contrato administrativo- es maravillosa. ¡Todos funcionarios!

Ya lo escribí hace tiempo y me choca que nadie lo vea: la clave de claves de la eclosión de Podemos está en la simpatía que desata en los periodistas que se adivinan convertidos en funcionarios. Ah y también cuenta que algunos editores tiemblan de emoción ante la posibilidad de que les expropien de una vez sus empresas periclitadas.

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