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La esquina

Domingo de postal

La imagen llegada de Atenas ayudó a sobrellevar el día más caluroso

A mediodía, con San Lorenzo en bajamar, las olas justas para adornar las fotografías y no más porque la mar parecía en calma, con los balandros regateando en plena bahía y con la temperatura máxima del año, veintiocho grados y tres décimas, dos grados más que la máxima de los meses anteriores, Gijón estaba de postal. Las quejas por el calor hay que colocarlas en el inventario de las manías locales. Como dice un amigo, calor en Córdoba. Quince grados por detrás nos quedamos aquí en relación con nuestros semejantes cordobeses.

Gijón era ayer una postal, como lo será dentro de una semana cuando a mediodía se celebre el Festival Aéreo, acontecimiento que, éste sí, congrega multitudes. En la postal de ayer se incluía el último día de la "Semana negra", certamen que no ha encontrado a "La chica del tren", aunque la novela la esté leyendo todo el mundo. No confundir "La chica del tren" con "La chica de la estación", obra de nuestra llorada paisana Corín Tellado.

Gijón era ayer una postal que quedó sorprendida por la postal que llegó de Atenas: los ministros de un Gobierno de ultraizquierda toman posesión ante arzobispos ortodoxos. Algunos medios cortaron la foto que vale un potosí quizá por miedo a la web de Carmena. Los hombres y mujeres de Syriza juran o prometen ante las autoridades eclesiásticas que recordaban al arzobispo Makarios, el de Chipre. Nadie sabe lo que pasaría aquí si Rajoy y los suyos hubieran jurado sus cargos ante monseñor Rouco Varela.

Está claro que cada país tiene sus tradiciones y que respetarlas no hace daño a nadie. La postal de Atenas es una imagen que ayuda a llevar con frescura el día más caluroso del año sin que nadie se pueda quejar de la humedad, que no llegó al 50 por ciento. En cuestión de postales los veranos van sobrados. Sólo hay que ver Gijón y el Gobierno de Atenas.

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