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Clave de sol

Tranquilidad pero no tanta

La anécdota se le atribuye a Pío Cabanillas padre, pero es en realidad del malogrado ministro de UCD Joaquín Garrigues, amigo de desdramatizar los momentos inquietantes, que los hubo en abundancia durante la transición: "La situación es desesperada, pero no grave", eso dijo en momentos de tribulación. No sé si tan paradójico diagnóstico podríamos formular hoy en vista del momento político que nos toca vivir.

En todo caso, para la gente de orden que somos la mayoría, la palabra clave ante los acontecimientos y aún más los que se avecinan, es la de perplejidad. Por eso siempre es de agradecer una llamada a la prudencia que invite al sosiego y mitigue la inquietud. Pero también "ma non troppo".

Me refiero a las moderadas declaraciones, publicadas ayer en estas páginas, del presidente asturiano, hombre elegante, que renueva mandato y ha hecho una excepción con el periódico en su habitual actitud de pasar desapercibido. Aunque no tanto como el financiero Menéndez que hay pruebas de que existe, pero no se le conoce.

¿Qué buscaba el señor Fernández con sus cambios en el equipo de gobierno?, eso le preguntaba Lucía Naveros al señor Presidente. Respuesta: "Más tranquilidad y más sosiego me hubiera gustado tenerlos antes". Respuesta enigmática, pero que a la vez apunta a una política de no crearse complicaciones.

Me parece que la actitud del señor Fernández es más bien conservadora. Asturias no suele ser noticia salvo en sucesos. El Norte se cita en bloque de Galicia a Santander. El Principado ha perdido fuelle en industria, minería y transformación, la población desciende y envejece hasta el punto de que la pirámide de edades se ha convertido en un jarrón etrusco. No podemos seguir administrando la tranquilidad, el sosiego y el espléndido aislamiento.

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