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Sol y sombra

Actualidad nacional

Política de chichinabo, postureo y enchufismo marcan tendencia

Este es un país anonadante por la facilidad en darle la vuelta a lo banal o artificioso y convertirlo en algo supuestamente trascendente o hasta crucial.

Por ejemplo, los jardines del palacio de Marivent, en Palma, lugar de veraneo de la Familia Real, se han convertido en un asunto de primera magnitud en cuanto a atención. De repente, parece ser que hay una demanda como jamás ha ocurrido por que se abran y poder visitarlos. No sé si son la séptima maravilla del mundo o una extensión onírica de Xanadú, pero las nuevas fuerzas vivas de la política balear han reclamado la apertura pública de los jardines como si se tratara del objetivo número uno y mantenerlos cerrados supusiera una afrenta intolerable para el pueblo. En ello se encuentran: estudiando los pasos a seguir, supongo que las cuestiones que afectan a la seguridad, etcétera. Al Rey, la primera pregunta que le hacen los periodistas cada vez que se presenta la ocasión, es cuándo se abren los dichosos jardines...

Todo esto, como ya se habrán dado cuenta, se enmarca en la política de chichinabo que el populismo ha implantado en gobiernos regionales y ayuntamientos para eludir cualquier otro tipo de respuesta a las verdaderas necesidades.

Otra iniciativa, muy coreada, hasta que los resultados la pusieron en evidencia, ha sido la apertura estival de los comedores de los colegios para combatir las supuestas altas tasas de desnutrición infantil, que al final no eran tanto como para no seguir atendiendo el problema como hasta ahora. De los bancos públicos, afortunadamente, no se ha vuelto a hablar, y quedan todavía unos cuantos carriles bici pendientes hasta diciembre, además de varios bustos reales por decapitar.

Por lo demás, la alcaldesa de Madrid, enemiga del enchufismo, ha nombrado al marido de su sobrina jefe de gabinete, y Ada Colau no tardó en contratar, a cargo del contribuyente, a su marido como asesor, en Barcelona. Navegamos viento en popa.

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