Al leer el título de este artículo, quizá piensen ustedes que les pudiera hablar del fenómeno que muy de vez en cuando se forma en las costas de Estados Unidos entre octubre y noviembre al bajar las masas de aire frío desde Canadá y encontrarse con un mar que está más caliente que el continente. O de la adaptación al cine del libro de Sebastian Junger, película protagonizada por George Clooney. Pero no, hoy desearía llamar su atención por la "tormenta perfecta" que se está formando en el sector lácteo a nivel mundial.
Esta semana, dentro del ciclo "Retos de Asturias" de La Granda, tuvimos un curso dedicado al sector lácteo en el Principado. Resultó de tanto interés y actualidad que me gustaría transmitirles lo que está ocurriendo en el mundo y las repercusiones que pudiera tener sobre nuestros ganaderos.
Por cierto, y antes de entrar a fondo en el tema que nos ocupa, y con gran disgusto, tengo que denunciar la falta de respeto a La Granda, a las personas allí presentes, a los ganaderos, a la industria láctea y, en definitiva, a todos los asturianos, por parte de una congresista y de un concejal del Ayuntamiento de Avilés que fueron exclusivamente al descanso para hacerse la foto con el Director General de Producciones y Medios Agrarios del Ministerio de Agricultura y acto seguido colgar en Twitter: "En los cursos de La Granda apoyando al sector lácteo asturiano". Decía un amigo mío allí presente al respecto: "sin comentarios, qué se puede esperar?". Y yo añadí: "pobre sector lácteo si quedara en manos de este tipo de personas". Aunque por otra parte, el resto de políticos no les va a la zaga, a la vista de su interés por aprender de éste y de otros asuntos.
¿Pero por qué hablamos de la tormenta perfecta del sector lácteo? Fíjense:
1- Como consecuencia de las previsiones de aumento del consumo de lácteos se produce un incremento de producción que se puede cifrar en 20.000 millones de litros de leche en el último año.
2- El embargo de la Comunidad Económica Europea a Rusia como consecuencia de la crisis de Ucrania significó que el presidente Putin tomara la decisión de poner un veto a los productos agroalimentarios, entre los que están los lácteos. Si para España es grave, lo es mucho más para Francia y Alemania. Por lo que estos países comenzaron a tener grandes excedentes, lo que afectó a España inmediatamente. Hay que tener en cuenta que Rusia era el segundo importador de lácteos del mundo.
3- Fuerte reducción de importaciones lácteas por parte de China, que es el primer comprador mundial. Los incrementos de importación de lácteos de este gigante asiático fueron espectaculares entre el 2004 y el 2013. Pero a partir de este año, debido a ciertos problemas con leche en polvo procedente Nueva Zelanda y a que quería potenciar la producción nacional, comenzó a reducir sus importaciones.
La combinación de estas tres circunstancias hace que los excedentes actuales de leche se puedan cifrar en unos 30.000 millones de litros. Y nos podíamos preguntar: ¿Qué incidencia tiene? Pues la primera y principal es una dramática reducción del precio de la leche a nivel mundial. Lo que, en un mundo globalizado, repercute sobre España y por supuesto sobre Asturias.
Los grandes perjudicados son los productores de leche, los ganaderos. Pero sería absurdo pensar que no afecta a las industrias lácteas. Como quedó patente en La Granda la desaparición de los ganaderos es la desaparición de la industria; luego los dos están inmersos en el mismo problema y su preocupación es extrema.
¿Qué soluciones hay? Podíamos dividirlas en dos:
1- POLÍTICAS: Hoy en día la política agroalimentaria es comunitaria. Luego se debería adoptar por parte de la Comunidad Europea las siguientes medidas: A- Precios de intervención a la mantequilla y a la leche en polvo. B- Nuevo sistema de contingentes. El 31 de marzo se terminó el sistema de cuotas establecido desde 1984, por lo que en la actualidad la libertad de producción viene a agravar mas el problema. C- Que a España le corresponda un contingente igual al 100% de lo que produce más una participación en el mercado internacional como la que tiene en la actualidad. Pero España también puede hacer algo respecto a sus ganaderos, y lo más importante es crear un mecanismo para refinanciar al sector mientras se sale de la crisis actual.
2- SECTOR: 1- Ganaderos: Se tienen que organizar. Hay pocas cooperativas, sobre todo en Galicia, y las que hay son pequeñas. 2- Industria: Tiene que aumentar en la fabricación de productos de larga vida con carácter permanente. 3- Distribución: El gran problema. Son absolutamente insensibles a lo que ocurre "aguas abajo". Compran por subastas semanales a la baja, lo que hace que en la actualidad el precio no pare de caer. Tienen que sensibilizarse con el problema y, junto a los demás actores, tomar medidas para paliar la situación.
La solución es urgente. Es un problema de orden político y es a todos los gobiernos comunitarios a quienes corresponde tomar las decisiones adecuadas. Es inadmisible que hace cuatro meses, cuando la cuestión estaba ya planteada, el Comisario Europeo de Agricultura, el irlandés Phil Hogan, dijera que no pasaba nada y que el problema lácteo no era un problema. El sector lácteo es un sector estratégico de primera necesidad y todos debemos de cuidarlo.
El tiempo de las discusiones ha pasado. Nuestros ganaderos no pueden esperar más. La Europa comunitaria tiene que demostrar que quiere y que puede ser ese territorio común que aúne los intereses de sus países miembros y de todos los ciudadanos europeos; entre ellos, y sobre manera en estos momentos, de todos los ganaderos y, en definitiva, de todo el sector lácteo.
