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Matías Vallés

Matar para las redes sociales

El doble asesinato de un periodista y un cámara en Estados Unidos

Las empresas con ánimo de lucro Twitter y Facebook no guardan relación con el doble asesinato de una periodista de televisión y un cámara norteamericanos. Sin embargo, el asesino grabó su doble crimen para correr a colgarlo en las redes sociales citadas. ¿Qué le importaba más, matar o difundirlo? Si el autor de las muertes hubiera escuchado antes una canción de Justin Bieber, la santa inquisición electrónica escrutaría al cantante para convertirlo en cómplice de la tragedia. Por supuesto, tras la oportuna prohibición de sus canciones, algo saldríamos ganando.

En lógica reciprocidad, es obligado plantearse si el asesino deliberado hubiera matado, de no mediar la pretensión de retransmitir de forma casi instantánea su atrocidad a través de las empresas con ánimo de lucro Twitter y Facebook. Sin embargo, este debate queda bloqueado de inmediato por la santidad sobrevenida que adquieren los usuarios con pobre gramática de estos vehículos, a etiquetar urgentemente como las únicas religiones verdaderas.

El periodista despechado mató a sus antiguos compañeros para las redes sociales, sentimos ensangrentar este ámbito celestial. Al grabar su acción, inmolaba a sus víctimas en el altar de los usuarios de los negocios citados. La viralidad de la multiplicación confirma el propósito del criminal, y obliga a apreciar su excelente agenda.

He visto repetidas veces el vídeo profesional del asesinado sobre su propia muerte, y la grabación aficionada del asesino mediante un teléfono inteligente. A fuerza de contemplar las imágenes, se hacen irreales. Las sospechas de una fabricación no surgen al primer examen, se instalan por reiteración. El riesgo consiste en que la esterilización opere también en la mente del asesino, extirpando de reproches a sus disparos. Hay algo peor que tomarse una ficción en serio, transformar un crimen real en ficcional. En cuanto a los responsables de los medios de comunicación de masas que han difundido los vídeos, ningún reproche. Habrían actuado igual si fueran hermanos de la asesinada. ¿O no?

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