Carlos Herrera se ha mudado de onda, con todo el riesgo que ello significa. La historia nos dice que sólo Luis del Olmo y José María García llevaron tras de sí a los millones de oyentes que los escuchaban cada día cuando se iban de una emisora a otra. Herrera ha cambiado varias veces de casa, pero ahora es la primera vez que lo hace como gran líder de un gran programa matinal, franja en la que la competencia es más dura. Ha entrado por la puerta grande porque ha juntado en cuestión de minutos los saludos de don Juan Carlos, que dijo alguna cosa jugosa de su hijo; José María Aznar, silente desde hace meses, y Pedro Sánchez, que habla en público con frecuencia, tanta que le llevó a llamar al programa símbolo de la telebasura. Carlos Herrera tiene un indudable tirón porque dice cosas sensatas, tiene gracia y da a su programa una agilidad que otros no tienen. Se ha plantado ante un desafío apasionante del que, sin duda, saldrá triunfante. Y eso que está en medio de la tormenta de una mudanza.