Las campañas electorales son lo que son: una tienda de campaña de todo a cien cuyas estanterías se llenan de promesas para incumplir y peregrinas ocurrencias. En vísperas de los comicios del pasado mayo, el partido que gobierna Gijón ofreció a la ciudadanía, como proyecto estrella del actual mandato, una recreación en El Muro de los jardines colgantes de Babilonia, soterrando el tráfico en Rufo García Rendueles y habilitando en la avenida un grandioso bulevar al que sólo le faltaban jeques árabes y un restaurante de Nacho Manzano. Una propuesta, de 40 millones de euros, muy parecida, por cierto, a la que año atrás había presentado al Ayuntamiento el arquitecto Diego Cabezudo, y que durmió per saecula saeculorum el sueño de los justos. Ahora, Foro se desdice del encargo que pagó a Jovino Martínez Sierra y de las infografías faraónicas y entona el si te he visto no me acuerdo. No se lo tomen en cuenta: no era una mentira; era sólo soterra... miento.
