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Comparaciones

El Guggenheim de Bilbao y el Niemeyer de Avilés

Decía Don Quijote al barbero, en el universal libro de don Miguel de Cervantes: "y ¿es posible que vuestra merced no sabe que las comparaciones que hace de ingenio a ingenio, de valor a valor, de hermosura a hermosura y de linaje a linaje son siempre odiosas y mal recibidas?". Pero como la comparación que les hago a continuación a "vuestras mercedes" no es sobre personas, sino sobre edificios y proyectos, les ruego que sean comprensivos con ella.

La semana pasada, con ocasión de un viaje a Bilbao, tuve la oportunidad de visitar la exposición dedicada a Jean-Michel Basquiat en el Museo Guggenheim. Me van a permitir hacer un paréntesis y aconsejarles la visita de manera insistente. Son 100 pinturas, dibujos y fotografías de este revolucionario artista de los ochenta, nacido en Brooklyn, Nueva York. Si además les digo que coincide con la gran muestra de Jeff Koons, nadie al que le guste el arte moderno puede dejar de visitar este maravilloso museo bilbaíno, pues es una oportunidad única.

Pero vamos al tema que nos ocupa. Saliendo de la exposición, y mientras estaba admirando el espectacular edificio de titanio del museo, obra del arquitecto Frank O. Gehry, me vino a la mente el Centro Niemeyer. Y lo primero que recordé fueron las pomposas frases del expresidente del Principado y de la exalcaldesa de Avilés allá por marzo de 2011. Decía Areces: "Con el Niemeyer se sitúa a Asturias en la vanguardia cultural". Respondía Varela: "Será la transformación de Asturias como potencial económico". Y mientras esto ocurría, don Natalio, gastándose el dinero que no tenía, y el señor Rebollo, adaptando los estatutos de la Fundación para que tanto él como Areces pudieran vivir del Centro. Al mismo tiempo, el presidente de la Fundación, Manolo Díaz, y la vicepresidenta de la misma, Pilar Varela, no se enteraban de qué estaba pasando? Incluso, la actual consejera de Bienestar Social del Gobierno del Principado ponía la mano en el fuego por Grueso. El final ya lo saben ustedes; de comedia, de comedia negra.

Dejando a un lado la corrupción del Niemeyer, me gustaría centrarme en las diferencias con el Guggenheim. Pérez de Viñaspre, en un artículo publicado en septiembre del 2011, titulado "Mucho continente, poco contenido", dijo sobre el Niemeyer: "Se hacen exposiciones 'refritadas', montajes grandilocuentes, y se venera el culto a la personalidad. Es un circuito de segunda mano, que despacha, principalmente, personajes famosos, nombres sonoros y figuras populares y muy mediáticas, que poco aportan al panorama de la creación y que sitúan al Niemeyer en la periferia de la periferia". ¿Se imaginan ustedes lo que diría hoy en día? Posiblemente nada, pues ya nada queda, a excepción del edificio. No voy a hacer leña del árbol caído. Entre otras cosas, porque pienso que hay que apoyarlo, aunque solo sea porque el dinero de todos los asturianos ya está gastado. Pero desde luego es un auténtico fracaso de todos los que lo crearon, de todos los responsables y de todos los que lo dirigen. Lo que iba a ser el gran centro cultural y gastronómico de Asturias con proyección mundial es hoy un auditorio con programación de pueblo y un bar con pinchos de tortilla.

Por contra, qué bien vendrían aquellas ostentosas declaraciones de Areces y Varela al hablar hoy del Guggenheim. Porque este museo sí que, mediante el impulso del turismo, tiene un impacto tremendo en la economía vasca. Se puede decir que si se analiza la ecuación habitantes, turistas y visitantes de Vizcaya, este museo es el más exitoso del mundo ya que con 1.150.000 habitantes y 1.500.000 turistas lo visitan más de 1.000.000 de personas. (En Asturias, con 1.050.000 habitantes y 2.000.000 de turistas, visitan el Niemeyer 45.000).

Llegado a este punto alguien dirá: Sí, ¿y la diferencia de presupuesto? Evidente. ¿Pero ustedes creen que más de 200 instituciones y empresas que financian al Guggenheim se consiguen fácilmente? Lo respaldan porque el prestigio del museo, de su colección permanente y sus exposiciones especiales hacen que les salga rentable el mecenazgo. Por otra parte, el propio éxito hace que, a través de las entradas, la recaudación sea muy elevada.

¿Y qué me dicen ustedes de la referencia gastronómica? En tiempos de la familia Morán o de Koldo no había mucho que envidiar al restaurante "Nerua" de Josean Alija (con una estrella michelin y considerado unos de los 100 mejores del mundo); en estos momentos prefiero reservarme la opinión para no ofender al hostelero actual, pues la culpa no es de él, sino de los patronos de la Fundación.

Alguien en su día pensó que el Guggenheim y el Niemeyer podían ser dos referencias culturales en el Norte de España. Desde luego el museo de Bilbao es el más importante del Norte, uno de los cinco mas importantes de España e incluso uno de los mejores de Europa. El de Avilés se ha quedado en una mera referencia arquitectónica, por aquello de ser el único bastión de Oscar Niemeyer en España, pero nada más.

En fin, queridos lectores, espero me perdonen por esta pequeña comparación. Que, aun no siendo sobre dos personas, como diría Don Quijote, a algunos les resultará odiosa. Ante todos me excuso por ella. Pero para aquellos que no les guste les diré que una cosa es excusarse y otra dejar de creer que el Centro Cultural Niemeyer fue un montaje de alguien que pensó que el dinero de los asturianos era suyo e ilimitado. Al final el Niemeyer quedará para siempre como el mausoleo de su propia fantasía.

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