Ahí va una impresionante ristra de exministros: Marcelino Oreja, Pío Cabanillas, Beatriz Corredor, Cristina Garmendia, Rodolfo Martín Villa, Javier Gómez Navarro, Cristina Alberdi, José Bono, Manuel Núñez Pérez, Luis Cosculluela, Luis González Seara, Jaime Lamo, José Lladó, Abel Matutes, César Antonio Molina, Juan Antonio Ortega, Eduardo Serra, Josep Piqué, Aurelio Menéndez, Álvaro Rengifo, Enrique Sánchez de León, Salvador Sánchez Terán, Jesús Sancho Rof, María Antonia Trujillo y Eduardo Zaplana.
¿A qué viene semejante relación? Pues muy sencillo, forman parte de la Fundación España Constitucional. Y acaban de hacer público un manifiesto que propone estudiar si la "singularidad" de Cataluña está siendo "reconocida y valorada de manera justa"; vamos, si responde a las "aspiraciones legítimas de los catalanes".
El manifiesto se titula "Ante el intento de separar Cataluña de España. Llamamiento a la reflexión y la concordia". En el encabezamiento se dice A y en el texto B: todo un monumento a la hipocresía.
España está sentenciada desde hace muchísimo tiempo. Hablar de la singularidad de Cataluña sería de risa si no fuese de pena. Todo es singular, hermanos. Utilizan el término de una forma terriblemente falaz y engañosa -como ya el título del manifiesto- para avanzar en la liquidación de la nación. Están todos metidos de hoz y coz en la operación.
Mariano Rajoy propuso en agosto reformar la Constitución y Felipe González dijo hace unos días que Cataluña es una nación.
El día 27 saldrá de las urnas una mayoría separata que cobrará a precio de oro la singularidad que jalean los exministros. Y punto.
