Ya han pasado todos los consejeros por la Junta General del Principado para dar a conocer a los diputados regionales sus planes para la legislatura que ahora comienza. Han sido unas comparecencias de libro, para cubrir el expediente de la mejor manera posible. Algo más o menos normal a apenas dos meses de haber tomado posesión de sus cargos. Era esperable, por lo tanto, que los miembros del Gobierno no se prodigaran en anuncios rimbombantes, pero no así la falta de chispa generalizada que se ha constatado. La escasez de ideas novedosas, que sorprendieran, la falta de imaginación a fin de cuentas, no parece la mejor manera de comenzar una labor tan compleja como la que le espera al Ejecutivo de Javier Fernández.
Es como si los miembros del gabinete socialista hubiesen acudido al Parlamento regional como con miedo, más pendientes de defenderse de las acometidas de la oposición que de hacerles frente sin ningún tipo de complejo, algo que no deja de ser lógico dado el escaso apoyo con que cuentan los socialistas en la Cámara -sólo catorce de los 45 diputados que conforman la Asamblea.
Pero es que tras comprobar cómo había discurrido el debate de investidura del presidente del Principado los ocho consejeros eran conscientes de que de los miembros de la oposición podían esperar, menos buenas palabras, de todo. Y así ha sido. El ataque de PP, Podemos y Foro a los miembros del Ejecutivo ha sido frontal, sin freno alguno. Más matizado el de IU y Ciudadanos, pero en ningún caso condescendiente con las políticas del PSOE, sobre todo el partido de Albert Rivera.
La posibilidad de algún tipo de acuerdo en la Junta General se antoja en estos momentos no ya difícil, sino imposible. No habrá Presupuesto para el próximo año. Así de claro se lo han dejado ver ayer a la consejera de Hacienda los diferentes grupos parlamentarios. E Izquierda Unida -el único partido predispuesto, al menos, a la negociación- lo certificó.
