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El Cogollu

Distancias

El tiempo, la única barrera insalvable hoy

No hay distancias. El tiempo se ha convertido en la barrera más insalvable. Volver hacia atrás es imposible. La tecnología ha trastocado las distancias, ha remediado innumerables males que limitaban al ser humano, se lee al papa Francisco. Nada está lejos. Todo se localiza al alcance de la mano, a golpe de clic. El aislamiento nace de la soledad. Y con una expresión de los nuevos tiempos, surge de la ausencia de wifi. Padres e hijos, a uno y otro lado del Atlántico, conversan a diario, cara a cara. Compañeros del bachillerato han vuelto a compartir la residencia colegial gracias a las redes sociales. León ya se encuentra a hora y media de Madrid, acaba de explicar el presidente del Gobierno Mariano Rajoy con motivo de la llegada del AVE.

Nunca resulta sencillo ponerse a escribir de la patria querida. Aunque siempre es emotivo. La cultura asturiana encuentra en la riqueza del "cogollu" central sus esencias más características sobre las que se construye la asturianidad. Esto no sólo es un motivo para exaltación del tipismo con tambor y gaita. Es también una plataforma de futuro, para recuperar valores y alentar proyectos. Estas páginas alimentan cada día la Asturias familiar y digital. Pero hay muchas Asturias más allá de los límites de nuestros municipios. Hay mucha Asturias fuera en hombres y en obras.

Al escuchar la referencia horaria de lo cerca que se ha puesto Madrid con la alta velocidad ferroviaria y tras disfrutar de dos horas y media de un plácido vuelo desde Canarias, la vieja aldea se abre camino al futuro. Ya no hay marcha atrás aunque las distancias puedan mantenerse en el interior, regional y mental. Aun están recientes los últimos viajes de Nava a Oviedo y Gijón en Feve, un medio que se prometía el "metro de Asturias" y que languidece sin interés inversor. El evocador recorrido por la vía estrecha, entrecortado por un desolador panorama de estaciones abandonadas, se mueve a ritmo de otros tiempos. Y aunque todos los viajeros se distraigan con sus teléfonos móviles, en esta Asturias del alma aún hay que salvar distancias.

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