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Ranciadas

Pedro Sánchez y el gen "comecuras"

Tardaba en salirle a Pedro Sánchez, líder en formación del PSOE, el gen comecuras de este viejo partido. Pero ya ha hecho su aparición.

Yo creo que, entre otras de menor fuste, el PSOE ha tardado en definir con claridad 4 cuestiones ideológicas que lleva impresas en su ADN desde hace 136 años y que resurgen cada cierto tiempo, sobre todo cuando cambia de líder y el nuevo pretende, como es lógico, marcar estilo y dejar su impronta.

Una de estas cuestiones, no de orden menor, la zanjó en su tiempo Felipe González. Me refiero al marxismo, al que de un día para otro Felipe decidió decir adiós, que te vaya lindo. Pero Felipe era mucho Felipe, así que apenas nadie rechistó y el partido no se resintió.

Pero fue la única de las 4 cosas citadas que quedó resuelta.

Otra es el federalismo, propio de un partido que se define federal y que renace ahora con fuerza en boca de Pedro Sánchez como solución mágica para resolver el asunto de los nacionalismos periféricos y perifrásticos, pero que difícilmente puede contentar a los nacionalistas, y encima, como dice con razón Joaquín Leguina, no hace más que crearle problemas al PSOE en el resto de España.

Tercera historia: monarquía o república, un asunto en que el PSOE lleva desde 1978 como quien no se aclara cuando alguien le pregunta si ama más a su pareja legal o a su amante, y sobre todo cuando la legal, viendo las orejas al lobo, decide bajar de peso, ponerse cariñosón o cariñosona y volverse una réplica de la otra o el otro.

Con lo cual, llegamos al final, o sea, al principio: el peñazo laicista. ¿Laicista? Sí, porque una cosa es que el PSOE sea un partido laico, que lo es, pero otra muy distinta es que, cada dos por tres, le dé un subidón agresivo contra la religión? católica, y ojo, en un país que lleva esta marca en su ADN y en su identidad, lo cual incluye, por supuesto, a los militantes del PSOE, que en más del 70% se declaran católicos.

Así que ya te vale, Pedrito, compañero: devuelve tus ranciadas ideológicas al desván, sacúdete el polvo y sal a la calle a ventilar y oler por dónde sopla el viento antes de que te pille una corriente, te dé una lumbalgia que a ti te deje tieso, y a tu partido, partido.

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