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Javier Morán

El Cormorán

Javier Morán

Pasado de fecha

Pasado de fecha, esto es, en periodo de campaña electoral, el Consejo de Ministros de Rajoy ha autorizado que se contraten las obras del la primera fase del primer acceso al puerto de Gijón. Si no nos falla la memoria, el paquete completo de los dos accesos al Musel ya fue pactado hacia 2005 o 2006 por la innombrable ministra Magdalena Álvarez y el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, de modo que después de casi una década vemos como se ejecuta el preámbulo de los preámbulos, es decir, aflojar la pasta -46,6 millones de euros- para ejecutar 3,46 kilómetros entre Lloreda y Veriña. Repetimos: una década para tres kilómetros y medio. Ahora bien, supongamos que dichos enlaces no habrían sido plenamente operativos hasta que el Musel no hubiera sido ampliado. Pues bien, en tal caso se le podría descontar al Ministerio de Fomento un quinquenio, pues la tramposa y colosal obra finalizó en 2010. Ahora, ya decimos, el arranque del enlace se aprueba incluso fuera del tiempo de descuento, lo cual tampoco permite lucirlo ante el electorado, aunque sí meterlo en el mismo saco de regalos de Fomento de última hora, cuyo caso paradigmático es el plan gijonés de vías y estaciones. En fin, no nos amargaremos más porque si nos apuran los enlaces carreteros, siendo imprescindibles -y que se lo digan a los vecinos de La Calzada y Cuatro Caminos-, pertenecen al pasado. Lo que le falta por completo al puerto de Gijón es una planificación ferroviaria para las mercancías y su conexión sobre raíles con la Zona de Actividades Logísticas de San Andrés.

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