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Cien líneas

Mil dudas

Las Bolsas por los sótanos y aún hay quien se extraña mientras no deja de alarmarse y entra en modo pánico. A mi juicio, la situación de la llamada renta variable -y tanto- debería ser aún peor, si se tiene en cuenta el contexto. Un breve repaso nos pondrá a todos de acuerdo. Trump dice que el Estado Islámico es creación de Obama y Clinton, Corea del Norte prueba una bomba H, el petróleo en 30 dólares el barril -como en 2004- resta un montón de pasta a los parqués, los chinos cierran sus mercados de valores porque se van a pique, en Alemania bandas de inmigrantes asaltan y abusan sexualmente de mujeres mientras las autoridades disimulan y los medios callan, Arabia e Irán, todavía peor que Kim Jong-un... Aún se podrían lanzar más misiles reales o virtuales al escenario, pero es suficiente. Así las cosas, ¿a alguien le puede extrañar que todo se venga abajo? El miedo es libre, pero la razón está sujeta a los principios de no contradicción, tercio excluso y tal y tal y tal, de manera que todo menos sorpresa.

Podrá alegarse que la caída de la Bolsa es anterior. Cierto. Entonces hay que buscar por otro lado.

Después de cinco años de subidas, todo se empezó a torcer a mediados del curso pasado. Algunos mercados estaban en el momento más alto de su historia, considerada desde 1850. Vistas así las cosas, es natural que los valores bajen. Y que sigan bajando.

En el término medio vive la verdad. Cuenta que la Bolsa estaba muy alta -la española no tanto- y la geopolítica amenazante. Conclusión: quería tranquilizarles y me parece que lo he puesto todo aún peor.

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