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Los republicanos despliegan el abanico

Kasich, gobernador de Ohio, y Jeb Bush se suman al pelotón que persigue de lejos a Trump

New Hampshire, la segunda estación de las primarias presidenciales de EE UU, ha abierto el abanico republicano de secundarios y ha dejado las espadas demócratas en alto. La clara victoria de Trump, que esta vez no pinchó, a diferencia de lo que hizo una semana atrás en Iowa, confirma que, hoy por hoy y disguste a quien disguste, el magnate es con mucho el candidato mejor situado, aunque el pelotón que le persigue se engrosa con nuevos nombres. En cuanto al triunfo del socialdemócrata Sanders, pese a ser esperado, ha sido bastante más amplio de lo que se auguraba, y sumado a su empate técnico en Iowa, le permite seguir confiando en dar la sorpresa pese a que sus propuestas igualitarias suenan marcianas a oídos de muchos de sus compatriotas.

Es a Hillary Clinton, que ya ha empezado a remodelar su equipo de campaña, a quien hay que colocar bajo los focos. En Iowa ganó por los pelos. Una victoria amarga que se leyó como un fracaso. El martes, en New Hampshire, su derrota no fue una sorpresa, pero todas las encuestas le daban un castigo menor. Las de última hora, que siempre tienden a deformar un poco la imagen, la situaban entre el 42% y el 44%. El promedio ponderado, que suaviza los vaivenes gracias a la amplitud temporal de la muestra, la dejaba en el 41,2%. A la hora de la verdad, los electores fueron más duros y la arrojaron al 38%. Está claro que el sábado de la próxima semana, en Carolina del Sur, la exsecretaria de Estado necesita acercarse lo más posible a los treinta puntos de ventaja que le otorgan las encuestas. Una precisión: la más reciente de las manejadas para establecer el promedio es del 27 de enero. Desde entonces, ha llovido bastante sobre Clinton.

Los sondeos aseguran que en Carolina del Sur Trump -que el martes sacó casi tantos votos como los tres siguientes- se lo volverá a llevar de calle, por lo que la atención sigue fijada en el pelotón. Si Iowa dio una inesperada victoria al ultrarreligioso Ted Cruz y proyectó luz sobre el latino Marco Rubio, New Hampshire ha recuperado para la lucha a otros dos candidatos: el gobernador de Ohio, John Kasich, y el exgobernador de Florida, Jeb Bush, que inauguran su medallero de delegados.

El segundo puesto del moderado Kasich (el republicano favorito de quienes detestan a los republicanos, dicen sus detractores) sólo había sido anticipado por las encuestas de última hora, que también se olieron el empate técnico entre un Cruz que sigue ahí, y al que las encuestas dan segundo en Carolina del Sur, y un Bush que por fin logra abrir brecha. Lo que no llegaron a afinar del todo los sondeos fue el desplome de Rubio, al que relegaban a la tercera plaza tras su catastrófica intervención en el debate republicano del sábado. Al final fue quinto y, aunque se llevó tres delegados, necesita como Clinton ideas frescas para montarse algún contraataque.

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