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Javier Morán

El Cormorán

Javier Morán

El gran pánico

Después de haber alcanzado el récord de que el Ayuntamiento del PSOE viera anulados dos Planes Generales de Ordenación (PGO) consecutivos, el pánico alimenta a todas las facciones involucradas en el nuevo documento que acaba de recibir la aprobación inicial en el Pleno del Ayuntamiento. Es un gran pánico, un temor espeso, aunque, a la vez, muy móvil; una mezcla de keroseno y aceite, o de gasolina gelatinosa: napalm. Aquel personaje de la película "Apocalypse Now" decía: "¡Qué delicia oler napalm por la mañana!", y ahora mismo ya hay grupos anunciando un nuevo apocalipsis urbanístico si llevaran dicho trámite de aprobación inicial ante las togas y las puñetas por el hecho de que se modificaran algunas fichas antes o durante el referido Pleno. Pero lo que cuenta es el documento que salió aprobado de dicha sesión, y esto es aplicable a que -supongamos-, un millón de macacos sentados en sus respectivas máquinas de escribir tecleasen furiosamente y que a uno de ellos le saliera un folio parecido a una ficha urbanística del PGO. Pues bien, si el domador de los monos la metiera en el expediente de PGO y dicho papel formara parte de lo aprobado, un juez cabal no diría que por culpa de miles de simios se ha de hundir el planeamiento, ni que el domador ha de ser colgado por los pulgares, sino que remitiría a la segunda aprobación, la provisional, y si ahí se marrara de nuevo, quedaría la tercera aprobación, la definitiva. Otro problema sería que la obcecación de un edil, como sucedió en 2011, arrastrara el PGO a su condenación. Pero, antes de nada, conviene que el pánico se produzca a su debido tiempo.

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