Afortunadamente, ya pasaron muchos años desde que en las Cortes españolas una diputada socialista dijese: "Creo que no es el momento de otorgar el derecho al voto a la mujer española". Supone, eso sí, un ejemplo de las dificultades que las mujeres hemos tenido a lo largo de la historia, y seguimos teniendo.
Debemos avanzar en nuestra presencia institucional y debemos eliminar la brecha salarial. Sencillamente porque no es de recibo que un hombre y una mujer perciban diferente salario si realizan igual tarea. De ninguna manera se puede justificar que la mujer cobre menos.
Necesitamos también más complicidad de las administraciones para que la conciliación laboral y familiar no sea una auténtica gymkana. Racionalizar los horarios y buscar una banda ancha de compatibilidad ayuda mucho a las familias. Por eso, el apoyo a una red de centros de 0 a 3 años debería ser un objetivo ineludible.
Pero, sobre todo, la mujer necesita oportunidades de empleo. Para ganar independencia y para ver cumplidos sus proyectos. Oportunidades de empleo en igualdad. Que haya más mujeres al frente de puestos de responsabilidad es justo y además bueno para el conjunto de la sociedad. Porque se necesita su visión, su enfoque, para construir una sociedad equilibrada .
También debemos poner atención en la mujer rural, que es, fue y seguirá siendo un pilar muy importante. Y en todas aquellas mujeres que tienen que sacar adelante a sus hijos solas. Porque no sólo existe el Ibex 35, y son muchas las mujeres que luchan cada día, que perseveran, para alcanzar retos y que sigamos avanzando como sociedad.
Pero esa lucha debería ser colectiva y, para redoblar los avances, resulta imprescindible un acuerdo que nos implique a todos. Especialmente en lo relativo a esa lacra insoportable que es la violencia de género. Prevenirla, erradicarla, es un reto de nuestro tiempo que hemos de resolver con acierto. Si nos empeñamos, lo conseguiremos. Es prioritario, imprescindible.
