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Alberto Menéndez

Tediosa negociación

Lo mejor que podrían hacer los políticos españoles sería dejar de hablar de acuerdos, de pactos o, al menos, dejar de hablar de ellos cuando no tengan nada concreto que anunciar, que, desgraciadamente para los intereses del país, está siendo lo más habitual en los últimos meses. Un acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos es un bagaje muy pobre para tantas idas y venidas parlamentarias, tantas reuniones partidistas.

Resulta evidente que hay grupos muy interesados en la convocatoria de otros comicios. Lo que no es de recibo es que todas las formaciones intenten convencer a los electores de que no es así, que todos están dispuestos a renunciar a parte de sus propios programas, de sus ideas, en busca del consenso que haga posible la gobernabilidad de España. No es así. Lo único que están consiguiendo es una mayor desafección aún si cabe de la ciudadanía con la clase política, desafecto que alcanza ya a las fuerzas emergentes, a aquéllas que iban a acabar con las malas prácticas de los partidos tradicionales. La obstinación del socialista Pedro Sánchez por intentar sacar adelante un acuerdo con Ciudadanos y Podemos cuando tanto Albert Rivera como Pablo Iglesias llevan tiempo poniéndole trabas y más trabas resulta incomprensible. Casi tanto como la insistencia, no se sabe si real o fingida, de Mariano Rajoy por plantear un gran pacto entre PP, PSOE y Ciudadanos (por supuesto que con él como presidente) cuando el comité federal socialista dejó claro desde un principio que este acercamiento es imposible.

En las actuales circunstancias sólo hay una salida para desbloquear la situación: las elecciones. Otra cosa sería que se produjera un auténtico cambio de actitud por parte de alguna de las fuerzas políticas más representativas. Con la tediosa negociación de ahora lo único que lograrán será sumar votos a la abstención.

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