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Javier Morán

El Cormorán

Javier Morán

Ateísmo futbolero

Al llegar a estas altura de la Liga surgen las dos categorías habituales del pensamiento balompédico, a saber, que si un equipo "sigue soñando" o no, y que si depende de sí mismo o de otros para obtener el ascenso u otras metas triunfantes. Cuando hablamos de "pensamiento balompédico" no lo hacemos con el ánimo de reirnos de nadie, pues se puede pensar sobre el fútbol como sobre cualquier otra cosa. Por ejemplo, ahora que estamos en el centenario del Quijote, uno busca por ahí y sólo le falta encontrar un estudio sobre las pulgas en la novela de Cervantes, ya que la categoría "x en el Quijote" es abundantísima y no faltan, ora desocupados, ora personas que administran muy bien su tiempo y dedican noches en claro a prospectar cualquier detalle cervantino. Pues bien, volvamos a la cuestión planteada porque es materia de mucho arraigo en la reflexión sobre el Sporting que corresponde al final de cada temporada, lo cual viene a ser medio maldición, medio bendición. Lo primero, porque el equipo casi siempre llega a la última cornisa con un pie dentro y otro fuera; y lo segundo porque tal emoción nos atrae incluso a los que somos ateos en la cuestión futbolística. Esto vendría a ser como lo del que no cree en Dios, pero le interesan los milagros. Yendo a lo concreto, hemos preguntado y nos han dicho que en la próxima jornada el Sporting no sólo ha de ganar al Villarreal, sino que el Getafe no debe ganar en el Benito Villamarín. Dicho según las categorías señaladas al comienzo, "el Sporting sigue soñando, pero no depende sólo de sí mismo", que es una consideración de gran complejidad pese a su simple apariencia, pues introduce disciplinas como la sicología del sueño, o de la ensoñación, y ello frente al principio de realidad, o sobre esa cuestión denominada genéricamente "maletines", y que pertenece a la disciplina de la economía. En cuanto al equipo de nuestra ciudad hermana, el Real Oviedo, también quisiéramos decir algo, pero lo haremos otro día.

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