La nueva campaña electoral ni va ser intrascendente ni aburrida. Al contrario, va a ser crucial para el futuro del país y va a ser muy divertida porque la diversión no se mide en el número de banderolas o carteles que los partidos coloquen en las farolas de las ciudades patrias. Sólo con las caras que se les quedan a los líderes tras conocerse el resultado de las encuestas electorales, las privadas y las públicas, la diversión está garantizada.
Las elecciones podrían albergar claves gijonesas que ahora se nos escapan a los ciudadanos, pero que podrían provocar cambios en la composición del equipo de gobierno. Los cantados pactos de la izquierda en Madrid puede que se tuerzan si se confirma el adelantamiento por la izquierda a Pedro Sánchez. Eso significa que el pacto a la gijonesa se venga también abajo porque los representantes gijoneses de Podemos no esconden, ni esconderán, su repulsa a los socialistas locales. El pacto imposible ahora les da la ventaja que no tuvieron en las urnas municipales, por lo que una apuesta por la continuidad de la alcaldesa Moriyón al frente del gobierno local no es ningún riesgo. Una alcaldesa que no quiere saber nada del pacto de su partido con los populares asturianos y que se va a beneficiar de los resultados nacionales.
Una cosa son las encuestas y otra los votos, sentencian los políticos, pero a la vista de la situación que se nos anuncia para la noche del 26-J la gran vencedora electoral va a ser Carmen Moriyón, que tiene asegurada la legislatura.
