Elección tras elección se confirma que, sociológicamente, Gijón es ciudad de izquierdas. Si se suman los votos de las opciones que reúnen a Podemos e IU, ahora en frente común aunque fallido, y PSOE, se superan con creces los apoyos que tradicionalmente obtienen los conservadores. Ocurrió el pasado domingo y también en diciembre de manera incontestable. Idéntica circunstancia se da en el reparto de escaños del Ayuntamiento, que no cuenta al mando con un alcalde progresista sólo por culpa del irresponsable navajeo, para el votante de izquierdas, entre facciones irreconciliables incapaces de alcanzar ni siquiera un acuerdo de mínimos.
Sin embargo, ocupa el principal sillón municipal por segundo mandato consecutivo una alcaldesa de Foro; y populares y foristas consiguieron en las contiendas más recientes -las de diciembre y junio- sendas victorias, notables y crecientes. Lo cual hace pensar que de ir unida la derecha a las urnas del Ayuntamiento podría plantear dura batalla a esa mayoría sociológica de izquierdas. La coalición Foro-PP, que era contemplada con resquemor y escepticismo, ha resultado una estrategia de acierto. Alguien debería empezar a convenir un acercamiento en otros escenarios, por ejemplo Gijón. Salvar recientes rencillas, suturar viejas heridas y no cometer idéntico error que el enemigo.
