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Alberto Menéndez

Necesaria rebaja de la tensión

Entre unos posibles contactos del PP con el PSOE y otros de los socialistas con Podemos

Si tal como dejan entrever la mayor parte de los dirigentes de las principales fuerzas políticas españolas unas terceras elecciones generales el próximo otoño son impensables (porque en las próximas semanas, dicen, se alcanzará un acuerdo que facilite la gobernabilidad del país), ha llegado la hora de rebajar el clima de tensión política que ha prevalecido en los últimos meses y que ha alcanzado niveles muy preocupantes en Asturias. De cumplirse realmente estas previsiones y sin comicios a tres años vista, habrá llegado el momento de plantearse alguna solución a la gobernabilidad del Principado. La actual soledad del Ejecutivo que preside el socialista Javier Fernández (con 14 de 45 diputados y luego sólo el apoyo puntual y muy de cuando en cuando de IU) no es buena para los intereses generales de la comunidad autónoma e incluso para la imagen pública de la propia clase política asturiana.

Pero todo está a expensas de lo que suceda en Madrid, de las negociaciones y de los posibles acuerdos entre las cuatro grandes fuerzas parlamentarias con presencia en las Cortes Generales y en la Junta General del Principado: PP, PSOE, Podemos (habrá que ver qué pasa con IU) y Ciudadanos.

En estos momentos tanto la dirección regional del Partido Popular como la ejecutiva de la Federación Socialista Asturiana verían con buenos ojos (aunque eviten cualquier tipo de pronunciamiento público sobre ello) un acercamiento de carácter nacional entre ambas organizaciones. Por motivos diferentes, por supuesto. Por un lado, los populares (como defiende su líder, Mariano Rajoy) creen que la mejor salida al actual bloqueo institucional sería una gran coalición entre los dos grandes partidos españoles, además de Ciudadanos, o en todo caso una oposición socialista lo más "constructiva" posible que facilitase la llegada al poder de Rajoy. Como contraprestación, el PP jugaría un papel similar en la política asturiana, dando por cerrado el periodo de confrontación permanente que se abrió tras las elecciones autonómicas del pasado año.

El PSOE asturiano rechaza la gran coalición nacional con el PP. Defiende que se pase a la oposición en el Congreso y en el Senado. Pero, eso sí, sin obstruccionismo, lo que implicaría, en primer lugar, dejar gobernar al PP si es que este partido, finalmente, llega a pactos con aquellos grupos más cercanos a él ideológicamente, acuerdos del tipo que fuera que le dejaran, más o menos, cerca de la mayoría absoluta de la Cámara baja. En pago a este comportamiento alejado de la agresividad de los últimos tiempos los socialistas pedirían cierta reciprocidad en el Parlamento del Principado.

La normalización de relaciones con Podemos no es algo que vean factible, por el momento, los socialistas asturianos, a pesar de los malos resultados de los de Pablo Iglesias el pasado domingo. Y más, mientras los dirigentes del partido morado (a través de la marca Xixón Sí Puede) no rectifiquen y sigan apoyando al partido de Álvarez-Cascos en el Ayuntamiento gijonés. En opinión de la dirección regional del PSOE, que Podemos cambie es muy pero que muy difícil ya que consideran los socialistas que el gran objetivo de esta formación es eliminarlos, una campaña de acoso que personalizan en Javier Fernández.

Pero quizá los socialistas asturianos sean ahora demasiado drásticos con los podemistas. Es cierto que desde los comicios municipales y autonómicos de 2015 no han dado tregua al PSOE en las instituciones de la región. Pero también lo es que esta estrategia no les ha otorgado, ni mucho menos, los resultados deseados. Todo lo contrario. Por supuesto que la cúpula dirigente de Podemos-Asturias está en su derecho de poner todas las disculpas que quiera, pero lo que no admite objeción alguna es que la candidatura de Unidos Podemos se dejó el domingo pasado 46.000 votos con respecto a los comicios del 20 de diciembre. Deben reflexionar, porque tienen un grave problema. Son muchos miles de sufragios. Y si después de hacer autocrítica (o al menos intentarlo) se mantienen en sus trece, entonces sí, entonces será el momento en que el PSOE contará con argumentos de peso más que suficientes para dar por rotos todos los puentes hacia un posible acercamiento a la formación encabezada en el Principado por Daniel Ripa y Emilio León.

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