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Alberto Menéndez

El reto de la derecha

Las esperanzas de gobiernos de la derecha en Asturias han acabado en cisma. Dos ocasiones tuvo para gestionar los asuntos públicos de la comunidad autónoma y en las dos fracasó. Incluso cuando el PP ya había conseguido colocar a uno de los suyos, Sergio Marqués, al frente de la Presidencia del Principado, los dirigentes conservadores de la región fueron incapaces de mantenerse en el poder. Y de todo aquel lío -fue cuando el entonces todopoderoso secretario general popular, Francisco Álvarez-Cascos, dijo aquello de que "quiero más partido sin gobierno que gobierno sin partido"- surgió una nueva organización, URAS, que fue diluyéndose hasta acabar desapareciendo. Luego, ya en 2011, cuando todas las encuestas vaticinaban una mayoría absoluta del PP en la región, se produjo la segunda grave crisis de los populares asturianos, con Álvarez-Cascos de nuevo como protagonista. Éste, enfrentado a Mariano Rajoy, creó un nuevo partido, Foro, que acabó ganando las elecciones autonómicas de ese año, pero que perdió otras en 2012.

El pasado domingo, los populares asturianos volvieron a vencer en las legislativas por segunda vez en seis meses. Y lo hicieron después de que, tras más de cuatro años de constantes y duros enfrentamientos, los dos partidos de la derecha regional firmaran un armisticio y concurrieran unidos a las elecciones del 20-D y ahora a las del 26-J. Y el PP, por lo que anunció ayer su presidenta autonómica, Mercedes Fernández, está dispuesto a seguir por el mismo camino y mantener la unidad de acción también en las regionales, previstas, en principio, para la primavera de 2019, aunque tal como está el mapa político asturiano nadie puede descartar un adelanto de la convocatoria electoral.

El PP a lo que aspira es a ir más allá de una mera coalición con los foristas para acudir a las urnas. Lo que pretende el PP es converger con Foro en una única organización. Lo cierto es que ya han sido muchos los afiliados de la formación casquista que han regresado al PP, por lo que lo único que habría que hacer, dicen los populares, es dar continuidad a este trasvase de militancia. El mayor impedimento está en el líder y fundador de Foro. Álvarez-Cascos no está por la labor de un único partido, que consideraría una claudicación ante Mariano Rajoy.

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