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Alberto Menéndez

Temor al pacto

Más de un año sin que se haya logrado ningún acuerdo político relevante en el Principado es algo muy preocupante, algo que debería hacer recapacitar seriamente a los políticos asturianos. Sí, es cierto que en estos momentos todos los focos están puestos en las negociaciones que se están llevando a cabo en Madrid en busca de la gobernabilidad del país, pero eso no debería ser óbice para que aquí, en Asturias, se siguiera trabajando en pos de algún tipo de diálogo que permitiera sacar a la autonomía del atolladero en el que está.

Porque se habla continuamente del estancamiento de la política española, con un Gobierno en funciones desde hace más de ocho meses, pero es que en Asturias esa inmovilización, esa paralización, viene de varios meses antes, de las elecciones regionales de mayo de 2015. Desde entonces el Principado tiene un Gobierno que cuenta con el muy exiguo apoyo de 14 de los 45 diputados de la Junta General, los del PSOE, y en ocasiones (muy contadas) con los cinco parlamentarios de IU.

A diferencia de lo sucedido en la legislatura anterior, en la que el presidente del Gobierno autonómico, el socialista Javier Fernández, logró sacar adelante dos de los tres Presupuestos de la comunidad, implicando a tres de los cuatro grupos de la oposición (IU, UPyD y PP), en los algo más de doce meses que se llevan del actual mandato es que no ha habido ni un amago de aproximación entre los grandes partidos (PSOE, PP y Podemos) para sacar adelante algún proyecto de cierta entidad.

Lo que diferencia a una y otra legislatura autonómica es la irrupción de los partidos emergentes: Podemos y Ciudadanos; fundamentalmente el primero. En Asturias hay un evidente temor al pacto. Exactamente lo mismo que está pasando en Madrid desde los comicios del pasado 20 de diciembre. Los papeles de cada partido aquí y allá se intercambian pero el resultado es el mismo. Al final, lo que está primando son los intereses personales, no los generales de la región o del país.

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