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Clave de sol

Fantasmas del pasado

Trata uno de entender, y aún de asimilar, el afán de la trilateral municipal ovetense en revolver un pasado remoto que divide al vecindario. Cabe suponer que el masivo cambio de nombres en las calles de la capital asturiana, con los muchos inconvenientes y costes que comporta, será ultimado por el muy democrático principio de "sostenella y no enmendalla", connatural con la deriva dictatorial del caso, como cierta izquierda acostumbra y la historia demuestra.

Suponiendo, lo que ya es mucho suponer, que aquel dictamen de la Comisión de la Memoria Histórica emitido en 2008 fuera ilegal, inapropiado, simplemente apócrifo o incluso despreciable, y que, de sus miembros sólo fuera demócrata fetén, ¡como se afirma!, el respetable comunista ya fallecido José María Laso (y que los otros diez fuéramos "fachas", según el refinado lenguaje de un "coordinador"), no se puede negar que dicha Comisión haya existido y cumplido rigurosamente el encargo de la Corporación.

Lo demuestra sin género de duda el hecho de que su dictamen empezó a ser aplicado. Pienso, por ello, que ignorarlo para ir aún más allá podría ser recurrible. Pero lo más estupefaciente y aún divertido en este tira y afloja es el intento profesoral de relacionar este revisionismo, parcial e incentivado, con el incontaminado ámbito de la investigación científica. ¡Y, por si fuera poco, desde el extremismo!

Ahora se clasifican como suprimibles una serie de nombres ajenos y anteriores a la Guerra Civil. La ley de la Memoria Histórica no quiso ir hacia atrás del 36 porque no le convenía. Mas, puestos a descender al 34, habría que suprimir al menos una docena de nombres ligados a la izquierda. Podemos recordarlos.

¿No es penoso que a estas alturas de los tiempos resucitemos los fantasmas del pasado?

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