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Sol y sombra

El tiempo corre

Rajoy no tiene prisa porque sabe que la ofuscación jugará a su favor en el caso de que se convoquen nuevas elecciones. Lidera un partido zombi, procesado por corrupción, como recordó ayer el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, pero ha obtenido mayor número de votos que sus adversarios en dos ocasiones sucesivas y en un corto período de seis meses. En cualquier país con políticos que supiesen interpretar algo mejor el resultado de las urnas ya estaría gobernando. Como es natural con todas la cautelas y fuertemente condicionado por la oposición al no disponer de una mayoría absoluta de escaños en el parlamento. Pero Pedro Sánchez y los seguidores de su estrategia, dispuestos a ser más papistas que el Papa, reiteran que el PSOE "no indultará" con el apoyo ni con la abstención al ganador indiscutible de las elecciones que, en cierto modo, ha recibido el "indulto" de un número de votantes muy superior al de electores que le han otorgado a ellos la confianza.

El PSOE, obviamente, tiene su autonomía y podrá administrarla como crea conveniente hacerlo. Respaldar a un "partido procesado", admitámoslo, no es plato de buen gusto. Sin embargo, el tiempo que corre a favor del PP lo hace, creo yo, en contra de los socialistas. Porque un hecho que florece en esta selva del desatino en que se ha convertido la política nacional es que España sigue en el limbo por culpa de un partido, el PSOE, que no tiene posibilidad de gobernar y tampoco está dispuesto a permitir que lo intente el único que se encuentra en condiciones de hacerlo.

Si de verdad nadie quiere unas nuevas elecciones en noviembre nuestros políticos lo están disimulando francamente bien.

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