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Clave de sol

Cordura o desmadre

Comentábamos aquí hace algún tiempo la evolución que el concepto de diversión había sufrido con las nuevas generaciones. Hoy parece que todo tiende a celebrarse en grupo y, por consiguiente, a ser mucho menos personal. Impresiona, por ejemplo, contemplar esas grandes concentraciones de muchachos que reaccionan al unísono ante los ritmos del día.

No trato de establecer comparaciones con el pasado. Sólo destacar el carácter masivo y los automatismos miméticos habituales en esas grandes audiencias de hoy. Aunque, puestos a realizar estimaciones, es fácil concluir el carácter más social y congregatorio de lo actual, que puede entenderse como factor positivo, pero también con la contrapartida del riesgo de desmadre y la transferencia de lo personal a lo colectivo.

Tengo a la vista un ejemplo de las cautelas oficiales que, como "mandamientos", figuraban en octavillas distribuidas en uno de los festejos de masiva aceptación juvenil en Asturias: "Bebe con cordura, no des alcohol a menores, no arrastres a los compañeros (?), no mojes a quien no lo desee, no busques peleas, no arrojes basuras al suelo?".

El apócrifo decálogo terminaba: "Estos diez mandamientos (?) se encierran en dos (?): "Someterse a los controles de alcohol y si eres padre cuidar de tus hijos/as" (?). Ni quito ni pongo. Los interrogantes son míos. Beber, mojar, arrastrar, ensuciar, pelear? ¿No son términos negativos?

Verbos cautelares propios de la época. Escribíamos entonces algo así como "quién sabe si algún día será necesaria una norma que prohíba envenenar al prójimo porque se empieza así y se acaba robando el cepillo de la parroquia". Bromas de gente mayor.

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