La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alberto Menéndez

Va para largo

Suceda lo que suceda en el comité federal del PSOE que deberá decidir si facilita o no un gobierno del PP antes de que acabe el actual mes de octubre, lo que se intuye es que la comisión gestora del partido que preside el asturiano Javier Fernández necesitará bastante tiempo (más del que preveían sus promotores) para solucionar la grave crisis por la que atraviesa la organización y preparar la celebración de un congreso sereno.

El comité federal socialista, salvo una enorme sorpresa, se reunirá y tomará un acuerdo. El hasta ahora sector crítico, es decir, aquellos que derribaron a Pedro Sánchez, está convencido de que dará vía libre a la abstención a un ejecutivo de Rajoy, lo que evitaría unas terceras elecciones en diciembre. Pero con esta decisión el PSOE más que iniciar el camino hacia la normalización acabaría aún más dividido si cabe que tras la reunión en la que presentó su dimisión Pedro Sánchez.

El debate ya no tiene cabida en el Partido Socialista. El anterior secretario general jugó tan fuerte y llevó tan al límite su negativa a cualquier acercamiento a los populares que sus seguidores tampoco están dispuestos a ningún tipo de aproximación a quienes en su partido rechazan unos comicios que con casi toda seguridad dejarían al socialista como un grupo no mayoritario en el Congreso.

En esa situación -si es que finalmente el comité federal apuesta por la abstención en la investidura- que la gestora convoque un congreso antes del verano parece impensable. Antes buscará restañar las heridas, hacerse fuerte desde la oposición en el Parlamento, a la vez que abrir el abanico de candidatos a la secretaría general. Justo lo que no quiere Sánchez, al que le interesaría un cónclave lo antes posible, antes de que otros acontecimientos le dejaran en, como poco, un segundo plano político.

¿Y si hubiera nuevos comicios? Peor todavía. Pero con el añadido de que la gestora tendría que buscar a la carrera un candidato a la Presidencia del Gobierno, para encontrarse después con otro gran fracaso electoral. Y, por supuesto, el partido más dividido y desmoralizado que nunca. ¡Como para pensar en congresos!

Compartir el artículo

stats