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Correa gana puntos

Correa no mereció ser receptor, como Bárcenas, de aquellos estimulantes sms de Rajoy: el de "sé fuerte" y el otro, más impúdico pero menos conocido, con el revelador "hacemos lo que podemos". No los mereció porque él no era amigo del presidente en funciones. Esta semana, sin embargo, ha empezado quizá a ganar puntos.

El principal acusado en el juicio de la "Gürtel" se ha empeñado en trazar una gruesa línea roja para separar el comportamiento de las administraciones aznarista y rajoyana del PP. Aunque, naturalmente, sólo en virtud de su relación "comercial" con él.

Con la primera, el cabecilla de la trama era el rey: pasaba más tiempo en Génova que en su despacho. En cambio, el equipo de Rajoy no le dio ni agua, así que tuvo que trasladar el negocio al bajío valenciano de Francisco Camps.

Al candidato a la investidura no podría venirle mejor esta clara delimitación de territorio. La frontera es 2004, cuando asume la presidencia del PP. A partir de esa fecha, a Correa se le veda el terreno.

De lo que se sigue que con Rajoy al mando, Génova puso fin a las prácticas que el acusado, a preguntas de la fiscal, resumió en el gráfico "quedaba con los políticos y les daba el sobre". ¿Qué más puede pedir el candidato mientras espera que le caiga del cielo la abstención socialista?

Hasta la propia gestora del PSOE parece decidida a no ver en la confesión de Correa más de "lo que ya se sabía"; y eso aunque los críticos piensen que lo que el cabecilla de la "Gürtel" ha cantado es como para que el partido hubiera salido "a lo bestia" contra el PP.

Así parece, pero como no todo van a ser rosas, Correa modificó el viernes la versión que había dado la víspera sobre el motivo de su ruptura con Génova. El jueves era que Pablo Crespo, el segundo de la trama, se llevaba mal con Rajoy; el viernes, el distanciamiento ya orbitaba en torno al fichaje, para el grupo "Gürtel", de un exasesor de Aznar, Antonio Cámara, que tenía "problemas graves" con Rajoy.

Un día era que el líder del PP desconfiaba de un hombre de la "Gürtel", gallego como él; el otro, que lo hacía de la sombra de Aznar. Del ataque de pureza al ataque de celos. ¿Quién habló con Correa la noche del jueves al viernes, que dice que no durmió?

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