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Notas de premio

La buena educación

La representación política en los actos de los galardonados

Hay quien dice, y no le falta verdad, que la educación y la cortesía abren todas las puertas. Oviedo es la ciudad anfitriona de los premios "Princesa de Asturias" y el Gobierno regional es quien representa a la ciudadanía de este pequeño y complejo país del norte de España. Sin embargo, ni los representantes del gobierno municipal ni los del Ejecutivo consideran su deber -¿acaso la tarea de representación no entra en su salario?- asistir a los actos que personalidades mundiales como el biofísico Hugh Herr, la historiadora Mary Beard o el escritor Richard Ford están protagonizando estos días en centros educativos, espacios museísticos y palacios de exposiciones. Con tres excepciones. El presidente de la Junta General del Principado, en la que reside la soberanía popular, Pedro Sanjurjo, sí acudió al que protagonizó Mary Beard en las ruinas de Veranes, al que también asistió la alcaldesa de Gijón, la forista Carmen Moriyón. La alcaldesa de Avilés, la socialista Mariví Monteserín, acompañó al hombre biónico Hugh Herr en el que protagonizó en la Casa de Cultura.

La generosidad de los galardonados, que participan con entusiasmo en estas actividades, agradeciendo además la oportunidad que se les brinda de relacionarse con los asturianos, es correspondida por el equipo de gobierno municipal ovetense y por la Consejería de Educación y Cultura con la indiferencia. Y tal falta de cortesía no es propia de gente de bien. Los premios "Princesa de Asturias", el gran acontecimiento cultural del año en España, se entregan en Oviedo, y escuchar, conversar, entablar relaciones y hasta mostrar la ciudad a las personalidades ganadoras no sólo es enriquecedor, puede ser hasta beneficioso en un futuro, como ya ha ocurrido en ocasiones.

No se entiende que algún representante institucional de la cultura ovetense y regional no asista al encuentro del escritor Richard Ford con más de mil lectores, algunos de los cuales vienen de distintos lugares de España (sí estaba, entre el público, la concejala de Educación Mercedes González, de Podemos), celebrado en el palacio de Calatrava. Tampoco que nadie de la Consejería de Educación y de Cultura esté en los actos de los centros educativos o en Veranes. Escuchar a Beard, a Ford o a Herr enriquece. Rechazar a los premiados, mirarles de reojo e ignorar los actos culturales, que cuentan siempre con una presencia masiva de gente, es propio de mentes estrechas, vacías y sectarias. Y de personas mal educadas.

Decía Platón que sin una buena educación el hombre es el más feroz de los animales. "La educación y la enseñanza mejoran a los buenos y hacen buenos a los malos", añadía.

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