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Socia de Compromiso Asturias XXI

Vivir en modo rural

Las mujeres como verdaderas dinamizadoras de los pueblos de Asturias

Parece ser que en los últimos meses se está despertando una inquietud en muchos agentes políticos por el mundo rural asturiano y en concreto, por el papel de las mujeres en ese medio. Han sido muchos años de cierta indiferencia, pese a los esfuerzos de algunas románticos evangelizadores, que desde hace décadas han venido alertando y puesto de manifiesto otros modelos de iteración entre campo y ciudad y sobre el papel que las mujeres tienen en el asentamiento de la población en los pueblos y aldeas.

Hoy por hoy es difícil fijar un prototipo de lo que es una mujer rural, ya que los estereotipos evolucionan en el tiempo. Cierto es que cada vez son menos las mujeres en el sector primario y que la población está envejecida, pero también es cierto que las mujeres que hoy por hoy se dedican a la producción agroalimentaria son cada vez más innovadoras, están más profesionalizadas y han adquirido un compromiso personal con el entorno, la conservación y la dignificación de sus trabajos. Son también muchas las que ya se dedican a actividades paralelas con verdadero éxito. Tras 30 años desde el inicio del turismo rural en Asturias, temporada a temporada, se baten récords de pernoctaciones y el empleo en ese sector se consolida, lo que no deja de ser un dato verdaderamente alentador.

Aunque hay otro tipo también de mujeres rurales, son las que trabajan en la ciudad pero que sin embargo habitan por voluntad propia "lugares" diseminados, llámense aldeas o llámense parroquias. Si ser una mujer rural es ser una mujer que vive y que tiene su domicilio en un entorno rural, hoy por hoy creo hasta yo podría cumplir con esa premisa. Aunque mi ruralidad es diametralmente opuesta a la ruralidad en la que vivió mi fallecida abuela Pepa, campesina y ganadera y vecina que fue de Granda, Siero.

Seamos de las auténticas o de las asimiladas, creo que a todas nos preocupa el entorno y coincidimos en la necesidad de buscar otro modelo de interactuación entre el campo y la ciudad más comprometido con la sostenibilidad. Como predicaba hace unas semanas el experto Jaime Izquierdo en Agrosiero, tal vez se debería pensar en Asturias como en una gran área "agropolitana" y siendo consecuente con ese planteamiento, replicar modelos como los franceses de desarrollo local o los que se están experimentando en la ciudad canadiense de Vancouver. Vivir en una parroquia rural, y hablo ahora por mi experiencia comparativa, tiene sus grandes satisfacciones, pero también sus muchos inconvenientes. En la medida que éstos últimos no se intenten subsanar será imposible fijar de forma estable la población.

Una de las mayores complicaciones tienen que ver a mi entender, con la movilidad, con las relaciones sociales, con el aislamiento y la soledad. Vivimos en el siglo XXI y con inquietudes del siglo XXI. Inquietudes complejas y mundanas a la vez que tradicionales. Pero en ningún modo estoy hablando de construir más carreteras o ramales, sino de anteponer las personas y de ponerlas en el centro de ese modelo, personas que deberían ser los verdaderos agentes de interrelación con el entorno y con la conservación del mismo. Muchos son los casos de éxito que se pueden copiar de otros países, casos que crean futuro y economía sostenible. Ideas que tienen que ver con el consumo de productos locales y con la dignificación y la puesta en valor del conocimiento autóctono pero ideas, que también tiene que ver con la salud, como pudieran ser la creación de mayor número de sendas verdes o con modos de interconexión entre espacios no ligados únicamente al uso del coche. Ideas que también tienen que ver con el acceso a la cultura o con digitalización y el uso de nuevas tecnologías. En definitiva se trataría de no vivir de forma confrontada o de espaldas al campo sino de la mano de él. Porque vivir en modo rural, ya seas hombre o mujer, no debería ser nunca incompatible con una verdadera igualdad de oportunidades, ni con tener sueños de hábitat universales.

Ayer se celebró en Taramundi el encuentro de la Asociación de Mujeres Campesinas de Asturias, seguro que de allí salieron muchas más brillantes ideas para todos aquellos que quieran buenamente escucharlas. Esas mujeres tienen mucho que decir y mucho que aportar porque ellas son las verdaderas dinamizadoras de muchos concejos de Asturias.

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