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Profesor de Economía y coordinador de Regiolab

El necesario impulso del tren de cercanías

La mejora de la movilidad entre las ciudades del área central de Asturias apostando por la red ferroviaria de cercanías ya existente debería ser, en mi opinión, una de las prioridades fundamentales de nuestra región. Sin ánimo de ser exhaustivo, en este artículo quisiera resumir algunos de los argumentos por los que creo que disponer de un transporte metropolitano eficiente y sostenible, como el que se puede conseguir optimizando la red ferroviaria, creo que puede ser tan beneficioso para nuestra región.

Oviedo, Gijón y Avilés, junto con sus núcleos satélite, avanzan hacía la conformación de un espacio metropolitano integrado del que hemos hablado en este espacio en varias ocasiones. En el centro de Asturias cada vez más empresas y personas operan a escala metropolitana. Pero su completo desarrollo y aprovechamiento de sus ventajas esta siendo frenado por dos elementos: (i) la falta de una estructura institucional metropolitana que impulse y ordene esta integración (en vez de una realidad institucional fragmentada como la que tenemos), y (ii) la dificultad para movernos eficientemente en este espacio metropolitano que está emergiendo donde, ahora, solo es posible moverse con eficiencia usando el vehículo privado. Una red ferroviaria de cercanías eficiente, que llegará a más lugares, permitiría disponer de una alternativa al vehículo privado verdaderamente capaz de impulsar la integración metropolitana.

Frente al vehículo privado, altamente contaminante y que satura los centros de nuestras ciudades, el tren de cercanías resulta un medio de transporte ideal porque (i) no contamina, (ii) mueve muchas personas en cada trayecto a un coste medio muy reducido, y (iii) potencia el modelo urbanos tradicional donde se pasea por la ciudad y se mueve en tren entre núcleos.

Además, el volumen de la inversión necesaria para tener un gran sistema ferroviario de cercanías es mucho más reducido que las inversiones constantes ampliando autopistas, aumentando el volumen de aparcamientos subterráneos o mejorando los accesos a las ciudades que hay que realizar para hacer frente a los problemas que ocasiona un uso cada vez más intenso del vehículo privado.

Por otra parte, la apuesta por una movilidad fundamentalmente apoyada en transporte público tiene un gran impacto social. Cada día que pasa más personas escogen moverse entre nuestras ciudades en coche y menos en transporte público. Cada vez que un ciudadano escoge el coche y renuncia al transporte público hace más difícil sostener el segundo. Poco a poco avanzamos hacía un modelo de movilidad apoyado en el vehículo privado que marginará a aquellas personas que, por tener ingresos reducidos, por ser mayores, por tener alguna discapacidad o por no gustarles conducir no puedan usar el vehículo privado. Esta tendencia se puede revertir si se logra aprovechar el potencial de la red ferroviaria y ofrecer un transporte interurbano muy barato y eficiente que haga renunciar al uso del coche incluso a los amantes de la conducción e imponga un modelo de movilidad más sostenible socialmente.

Una mejor movilidad del área metropolitana central impulsaría su integración asegurando que se cree un mercado laboral único y que empresas de servicios y profesionales pudieran aprovechar la dimensión del área central. Esto es especialmente importante teniendo en cuenta la apuesta que se ha hecho en esta región y en todo el país por el tren de alta velocidad (el AVE). Un aspecto ampliamente demostrado en Economía Regional y Urbana es que si se logran unir dos nodos, siendo uno de ellos mucho más grande y el otro claramente más pequeño, lo habitual es que el nodo de mayor tamaño domine al nodo de menor tamaño. Dicho de otro modo, una apuesta fuerte como la que se esta haciendo por el AVE entre Avilés, Gijón y Oviedo (los nodos pequeños) y Madrid (el gran nodo) hará que, gracias a la mas eficiente movilidad de profesionales que permite el AVE, las firmas de servicios jurídicos, contables, económicos o consultoría técnica ubicadas en Madrid, que aprovecha la mayor escala y el dinamismo de esta ciudad, desplacen a la pequeña empresa local ubicada en Asturias, normalmente menos especializada y menos eficiente. Por supuesto, muchas firmas Asturianas están en disposición de ser competitivas y aprovecharse de la mayor proximidad al gran mercado que supone Madrid. Pero lo más frecuente será lo contrario. Para que la reducción de distancia real a Madrid que supone un AVE realmente nos beneficie necesitamos reforzar antes nuestra competitividad intra-regional en estos sectores intensivos en tecnología y/o conocimiento muy sensibles al tamaño urbano. Eso requiere que nuestro nodo local, compuesto por nuestras tres pequeñas ciudades y núcleos poblacionales satélite, se integre mucho más y alcance una escala mínima que le haga suficientemente competitivo en servicios profesionales y técnicos.

En definitiva, el tren de cercanías puede ser un sistema de transporte metropolitano comparativamente barato, eficiente, sostenible medioambientalmente y apropiado para mantener nuestro modelo urbano tradicional. Impulsaría la integración del área central y mejoraría la calidad de vida diaria de los Asturianos. Tenemos, además, una extraordinaria red ferroviaria regional de cercanías. Se requieren sólo pequeñas inversiones para acabar de optimizarla, hacerla llegar a sitios clave como el aeropuerto o mejorar la integración entre la red de FEVE y la de RENFE. Es necesario también mejorar la gestión de horarios y servicios con mayor eficiencia y atención a las peculiaridades y cambios de la demanda.

¿Por qué no avanzamos entonces en este sentido? ¿Cómo explicar una apuesta tan decidida por el AVE frente a un olvidó del potencial de las cercanías? Me temo que una vez más chocamos con la excesiva fragmentación institucional que tanto dificulta la acción política en nuestro país. La red ferroviaria depende del Estado nacional. Su integración y aprovechamiento requiere de la acción del Principado de Asturias. Pero su desarrollo afecta a los distintos municipios. De nuevo, el conflicto Estado-Región-Municipios bloquea que se avance en las inversiones necesarias y en una gestión mas hábil de los recursos existentes para el beneficio de los ciudadanos.

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