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Tino Pertierra

Sólo será un minuto

Tino Pertierra

Una pena en observación

Julio: "El mayor error que puedes cometer cuando tienes una herida tan profunda que nadie la ve más que tú es intentar olvidar que sigue ahí aunque pasen cientos de noches en las que te obligas a no pensar en lo que la causó. Conviviendo con sus consecuencias sin admitir que existen, tenaces y atenazando muchas decisiones. Sin darte cuenta de que es así. Como una especie de fantasma que se divierte manipulando cada uno de tus actos pero cuidándose muy mucho de manifestarse. Mañana se cumplirán 16 años de mi primer encuentro con Laura. Lo sé porque lo he intentando olvidar muchas veces. Tantas que ya perdí la cuenta. Entró en mi vida por sorpresa, sin esperarla y sin necesitarla. O eso creía. Me desarboló y terminó hundiéndome después de dos meses en los que creí que aquél era el mejor viaje de mi vida, la aventura que terminaba con todo lo que fui y alumbraba una nueva existencia de la que no querría escapar nunca. Yo, el mago de las fugas, creía haber encontrado al fin una jaula donde ser feliz. No fue así, claro. Hasta qué punto todo fue fruto de mi excesiva fantasía es algo que aún hoy ignoro. Fui engañado, sí, pero dando todas las facilidades para que así fuera. Jugaron conmigo pero mientras lo hacían disfruté con el juego a mi manera, sufriendo con esperanzas que hoy considero estúpidas. Cuando la farsa se vino abajo, con más perplejidad que dolor por mi parte, pues algo de alivio palpitaba bajo tantos sentimientos rotos, me exigí, por dignidad y respeto, pasar un rodillo por encima de aquellas ruinas y seguir adelante como si nada hubiera pasado. Pero es imposible construir sobre un terreno que antes no se ha limpiado y, en lugar de arrojar fuera todos los hechos, pensamientos y deseos que la habían demolido, me limité a mirar hacia otro lado, fingiendo despreciarme por aquel triste episodio que yo había confundido con un foco de luz. Y es ahora, en vísperas de un aniversario que solo yo celebro, cuando ha llegado la hora de mirar hacia atrás y hacia dentro, observarlo todo como si fuera un extraño al que comprender sin compadecer, y decirle: fin de la historia, relee esas horas, arráncalas, tíralas. Y empieza a escribir otra que merezca la pena ser conservada".

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