La visita a Gijón el pasado sábado del nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, de poco ha servido para esclarecer el futuro del plan de vías, la actuación más importante a nivel de infraestructuras de las que esta ciudad tiene pendientes y que acumula años de retraso.

Tan criticable como que el ministro maree la perdiz con la realización de un nuevo estudio de viabilidad, a la vista de la evidencia de que la venta de suelo prevista para financiar el proyecto ha fracasado, es la falta de unanimidad de los grupos políticos municipales para ir de la mano en la defensa de una propuesta común. No existe entendimiento ni entre las tres administraciones implicadas, la estatal, la autonómica y la local, cada una de un distinto color político; ni entre los seis partidos con representación en el Ayuntamiento. ç

La habitual ceremonia de la confusión en que se ha convertido este proyecto en los últimos años ha tenido su último capítulo con la presentación esta misma semana de una propuesta sorprendente por parte de los podemistas de Xixón Sí Puede, un "parche" más barato que se basa en mantener la estación provisional de Sanz Crespo para trenes de largo recorrido y construir una nueva para cercanías y autobuses en los aledaños del Museo del Ferrocarril, para enlazar con el túnel del metrotrén y prolongarlo hasta Cabueñes en superficie y no soterrado, como estaba inicialmente previsto. Otro intento que amenaza retornar de nuevo a la casilla de salida.

Si las administraciones y los grupos políticos no se ponen de acuerdo en un planteamiento consensuado y realista, difícilmente podrá avanzarse en la solución de un problema que amenaza con eternizarse. En una década hemos pasado de la propuesta inicial de una estación en el Humedal a la que se baraja actualmente, en el entorno del Museo del Ferrocarril por el acuerdo de Foro con la exministra Ana Pastor en 2015. Por el camino, el Gobierno del PSOE había aprobado antes que la estación intermodal se construyera en Moreda, propuesta que, a estas alturas, sólo sigue defendiendo el Principado pese a haber sido desechada.

El compromiso del ministro con Gijón, explicitado en su visita del pasado sábado, es actualizar los números del proyecto, seguramente a la baja, ya que ni la actuación prevista ni los ingresos por la venta de las parcelas del "solarón" alcanzarán las cifras estimadas. Al menos De la Serna se comprometió a que su departamento inyecte más financiación a una iniciativa de transformación urbana esencial para el desarrollo de Gijón, pero condicionó esa aportación a que los otros dos socios en la operación al veinticinco por ciento, Ayuntamiento y Principado, asuman también nuevos desembolsos. El Pleno de Gijón ya aprobó en diciembre de 2015 que ni un euro más del Ayuntamiento iría a las arcas de "Gijón al Norte"

Si el ministro de Fomento se ha comprometido a relanzar el proyecto, lo primero que su departamento ha de hacer es anunciar, con urgencia, hasta dónde tiene previsto llegar, con partidas económicas y fechas, en el avance de una iniciativa que los gijoneses consideran primordial para el futuro de su ciudad. Y los grupos municipales, tratar de llegar unidos a la negociación que se avecina. La división solo sirve para dar excusas a las otras dos administraciones para que el plan de vías muera de inanición.