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Joaquín Rábago

¿A quién beneficia todo esto?

"Estados Unidos reafirma el compromiso con la OTAN para calmar a Europa", titulaba un periódico su información sobre la conferencia de seguridad de Múnich. En ella, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, un cristiano del sector más ultra de los evangélicos, declaró tajante que "la paz sólo llega a través de la fuerza" tras anunciar un aumento del gasto militar de su país. Los Estados Unidos de Trump no están tampoco dispuestos a que los europeos sigan escaqueándose a la hora de pagar por que les defiendan y reclaman que dediquen un 2% del PIB de cada uno a gastos militares. Recorten ésos donde quieran -sanidad, educación, pensiones- pero cumplan aquello a lo que se comprometieron sus gobiernos en la cumbre que celebraron en Gales en 2014.

Si hay un sector poco transparente, enormemente politizado con la existencia de puertas giratorias y susceptible de manipulación por los lobistas es el de defensa. Estados Unidos ya se encargará de que esos gastos estén justificados, aumentando las tensiones donde haga falta, discriminando e insultando a ciertos países musulmanes, dando vía libre a Israel o desafiando a China en sus mares.

Parece que en su calculada locura y por motivos no del todo claros el republicano Trump pretendía llevarse por el contrario algo mejor con la Rusia de Putin que lo que cabía esperar de los demócratas, pero eso no gustó a ciertos gobiernos europeos.

Apenas encuentran eco últimamente voces como las del exministro de Exteriores y próximo presidente de Alemania, el socialdemócrata Franz-Walter Steinmeier, apelando a una política de distensión con Moscú. Resuenan más fuertes en todas partes, sobre todo en los países del antiguo Pacto de Varsovia, las que hablan de aumentar la presión militar y económica sobre Rusia como castigo por su anexión de Crimea.

Mientras tanto, las ventas de armamento alcanzan nuevas cotas: las monarquías del Golfo, todas aliadas de Occidente, siguen aumentando su gasto militar. Hasta un 212% en el caso de la feudal Arabia Saudí, según el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo. Da igual que ese país sea al mismo tiempo el mayor exportador de la ideología wahabita y financie gracias a sus petrodólares la construcción de mezquitas donde se predica el islam en su vertiente más fanática. "Business is business", y las ventas de armamento son un multimillonario y seguro negocio. La paz sólo llega a través de la fuerza. ¡Sigamos alimentando las tensiones!

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