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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La Milla va a mil

El conocimiento exige reconocimiento. Si existe una instalación de la que sentirse orgulloso en Gijón ésa es la que acoge el Parque Científico y Tecnológico y todo lo que en su entorno se desarrolla, en un ecosistema de innovación que podría considerarse la joya principal de la corona local. No es justo que el oeste de la ciudad contenga la respiración a causa de los malos humos y el este, sin embargo, respire los buenos aires de la revolución tecnológica. Pero es así y así ocurre en unos cardinales que conforman las alas de la economía local: lo que queda de la gran industria del pasado y lo que está por llegar pero que ya se anuncia, de la mano de pequeñas compañías tecnológicas que comparten sinergias en un espacio acotado a las iniciativas más talentosas.

Si la siderurgia y su entorno dibujan en Gijón un paisaje necesario pero desolador de humos y chimeneas, lo que llamamos acertadamente Milla del Conocimiento representa lo que esta ciudad aspira a ser: materia gris y emprendimiento. La mayor concentración de talento se reúne en ese lugar, donde conviven el Parque Tecnológico con las firmas más avanzadas de la región y los trabajadores de la más alta cualificación y el Centro Municipal de Empresas, avanzadilla de un porvenir ilusionante. A un paso de donde trabajan destacados grupos de investigación universitarios y más de diez mil estudiantes se preparan para ser agentes del I+D+i de la globalización.

En este ambiente, lo importante es que la Milla se extienda, se expanda, abarque más espacio. Esta Milla es más que un kilómetro y medio de camino: es una autopista al porvenir que ya está aquí.

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