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Sol y sombra

Conceptos de trinchera

En las trincheras partidistas de la política nacional subyacen dos viejos conceptos. Uno de ellos, el frentismo, jamás ha dejado de estar de moda. Otro, el numantinismo, se ha reforzado ante la necesidad de algunos dirigentes de resistir y preservar el cargo.

El frentismo representa la esclerosis ideológica, el sectarismo, la obsesión de combatir al adversario para que nada cambie; el antídoto contra la heterodoxia y la inteligencia. La resistencia, a su vez, es una consecuencia de no dar jamás nada por perdido hasta el último instante. A veces muy a pesar de la razón, el sentido común y la propia dignidad.

El PP ha dejado caer como un fruto maduro del árbol al presidente murciano después de haberse empecinado en mantenerlo contra viento y marea. Envuelto en acusaciones de corrupción, finalmente el cerco judicial se hizo insoportable y Pedro Antonio Sánchez pactó con su partido una salida que no le priva de seguir ocupando el escaño de diputado y de continuar al frente del partido en Murcia. Por un lado, mantiene el privilegio del aforamiento para ser juzgado por el Tribunal Superior de Justicia; por otro, la opción de repetir como cabeza de lista si es que el temporal amaina y no es barrido finalmente por los vientos de la "Púnica" y del "caso Auditorio". A Pedro Antonio Sánchez lo investigan por varios delitos.

Sánchez, tratando de salir del paso y de hacer de la necesidad virtud, vendió su renuncia como un sacrificio. Dijo que se iba para evitarles a los murcianos la posibilidad de ser gobernados por un "tripartito", algo que al parecer no vio como un riesgo hasta el lunes por la noche en que la moción de censura volvió a hervir. Precisamente el mismo día en que el juez de la "Púnica" decidió imputarle por tres nuevos delitos.

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