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Una batalla ganada

Una reflexión a partir de varios fragmentos de la sentencia judicial por la que Leopoldo López fue condenado a catorce años de cárcel

Del corpus nosotros los lingüistas trabajamos los conceptos que como muestra se nos da un corpus, ese corpus está constituido por pruebas, es decir, si nosotros vamos a analizar el habla de los ciudadanos caraqueños, por ejemplo, a nosotros se nos presenta un corpus con transcripciones de esos hablantes, pero nosotros como lingüistas tenemos que trabajar con muestras, sobre todo cuando se hace un análisis prosódico y lingüístico, usted notó así como la defensa y la Fiscalía que todos los discursos [de Leopoldo López] fueron descritos ortográficamente y prosódicamente etiquetados, es muy difícil trabajar con una muestra amplia, de hecho el lingüística trabaja con muestra, no con corpus... En ese momento, yo me planteé tres objetivos fundamentales: a) el primero era hacer un análisis discursivo y prosódico de los vídeos del ciudadano Leopoldo López en los que expresa sus ideas; b) el segundo objetivo consistía en determinar lingüísticamente si a través de sus mensajes, si a través de sus palabras, había o no un llamado a la violencia, y si había o no una relación con los hechos acaecidos el 12 de febrero de 2014 y en tercer lugar yo me plantee un objetivo digamos colateral...".

"...Como diálogo, hay claros ejemplos de plantear esa confrontación desde la calle, eso está allí expuesto, además de otras declaraciones que no me corresponden en el corpus de la cadena de custodia, pero en otras declaraciones que dio el ciudadano Leopoldo López que dice 'la calle es la polis por excelencia', si, es muy clásico el concepto de debatir en la calle pero, ¿qué pasa cuando yo llamo a debatir en la calle en un país polarizado?

"...Humberto Eco dice los reportajes no nacen con el nacimiento, valga la redundancia, de las rotativas, Humberto dice que los primeros reportajes de la Historia del Homosapiens (sic) están en las cuevas donde el hómine (sic) salía a cumplir una rutina de acuerdo con sus necesidades más instintivas y luego lo pintaba en una pared...".

"Leopoldo López utiliza twitter como un poder fáctico..."

He transcrito varios fragmentos de la sentencia judicial por la que Leopoldo López fue condenado a catorce años de cárcel. Corresponden a dos pruebas periciales aportadas por la Fiscalía, y firmadas por una lingüista y un periodista y politólogo de chichinabo. Eran grotescas, hilarantes, estúpidas y, sobre todo, inadmisibles pruebas periciales que no probaban absolutamente nada, porque no existe en los casi 250 folios de esa antología de la miseria procesal una sola prueba concluyente e indubitable de los delitos de los que se acusó a López. La sentencia -llamémosla así- puede leerse en internet. Ahora Leopoldo López ha sido trasladado a su casa, pero sigue detenido: sobre él continua pesando esa vomitiva payasada con la que el chavismo intentó encadenarlo física y políticamente de por vida. Quien lo ha sacado de la cárcel puede meterlo de nuevo en cualquier momento. Se ha ganado una batalla, pero no se puede ni se debe cantar victoria, porque el canallesco régimen de Maduro está muy lejos todavía de ser derrotado.

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