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"Forbes" es un sinvivir

Los bailes en la lista de los más ricos del mundo según la revista

Es como una pelea de gallos en la que los gallos no participan por ver quién levanta más la cresta. La revista "Forbes" es conocida sobre todo por elaborar una lista de las personas más ricas del mundo. Esta publicación sólo mide las posiciones públicas de la gente, es decir, lo que declaran a Hacienda. Así, calculan el valor de sus empresas, sus acciones o participaciones pero no el valor de sus cuentas corrientes. En suma, mira el valor de las empresas de los millonarios pero no el de su patrimonio personal privado. La precisión explica el sinvivir en que nos tiene la revista, que cada dos por tres renueva el podio del escalafón de los multimillonarios... pero solo por unas horas. Sucedió el año pasado con Amancio Ortega, el principal accionista del grupo textil Inditex. Las acciones del gigante español registraron en una jornada de principios del pasado septiembre un alza del 3,2%, lo que permitió al empresario gallego alcanzar los 69.860 millones de euros y, de esta forma, superar los 69.776 millones del cofundador de Microsoft, Bill Gates.

La firma tecnológica había experimentado una bajada del 0,7%. En cuanto se nivelaron las trayectorias bursátiles de ambas compañías, el escalafón volvió al orden anterior. En aquel entonces, el tercer lugar lo ocupaba el fundador de Amazon, Jeff Bezos, con una fortuna de 60.493 millones.

Bezos acaba de vivir un sofoco idéntico al de Ortega. El 27 de julio, "Forbes" le atribuyó una fortuna de 77.448 millones, por encima de los 76.992 de Gates y los 71.185 del dueño de Zara. El motivo fue que las acciones de Amazon, en la que el empresario conserva un paquete del 17%, subieron un 1,11%, mientras los títulos de Microsoft cotizaban planos en Wall Street. De nuevo fue por unas horas.

La verdad es que el baile resulta indecoroso. Por la magnitud de las cifras, pero también por la imagen inducida de guerra de corral. Sin embargo, esas son las leyes del mercado. Los tres empresarios fueron los fundadores de tres marcas de alcance mundial. Sus peripecias se estudian en las universidades. Más o menos implicados ya en la gestión diaria, su poderío económico responde a las participaciones que conservan tras vender una parte del capital a través de la Bolsa. Y el parqué es sumamente caprichoso. Que se lo digan a Enrique Bañuelos, a quien "Forbes" aupó en 2007 a la lista de los cien más ricos del mundo y que cayó en picado en cuanto su inmobiliaria Astroc se despeñó en los mercados en lo que fue uno de los primeros síntomas de la crisis. Claro que no es lo mismo especular con el ladrillo que crear un imperio textil.

En esto, las empresas familiares son más constantes. El dueño de Mercadona, Juan Roig, conforme agrandaba su empresa ha ido escalando posiciones. Ya es el tercero más rico de España y el 315 del mundo, con 4.742 millones. ¿Qué lugar ocuparía si la cadena de distribución valenciana cotizara en Bolsa? Hagan apuestas.

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